Igual que todas las hispanoamericanas (lo ha indicado el sociólogo mexicano Néstor García Canclini) se caracterizan por su condición híbrida. En ellas casi todo es nuevo pero no moderno. Hay muchas modernizaciones pero poca modernidad. Sus partes antiguas no lo son tanto y en muchos de sus monumentos han perdido sus entornos tradicionales. No es casualidad, tampoco, que en el Tercer Mundo se hayan concebido la mayoría de las ciudades modernas, como Chandigarh, en 1950, diseñada por Le Corbusier; Brasilia, en 1957, de Lucio Costa y Oscar Niemeyer; Islamabad, en 1965, de Louis Khan; Abuja en Nigeria, y Dodoma en Tanzania, ambas de 1975. Y que estas hayan sido iniciativas "faraónicas" de importantes gobernantes, como Juscelino Kubitschek (que no solamente fue el gestor de Brasilia sino también de la modernización de Belo Horizonte) que pretendieron ciudades sin problemas asentadas en inmensas zonas verdes, propósitos que fueron arrollados cuando tuvieron éxito. Cuando no, co...