Escriben Facundo Manes y Mateo Niro que “no siempre prestamos atención a lo que es obvio, aunque eso esté frente a nuestros ojos”. (Usar el cerebro, 2014, p. 73). El caso es que tenemos los edificios frente a los ojos casi todo el tiempo que estamos despiertos y no les prestamos la atención que se merecen incluyendo lamentablemente a muchos arquitectos que no le otorgan “un significado a las imágenes [ni extraen] datos sobre el movimiento, sobre tonos del color, el brillo, sobre la existencia de ángulos bruscos o redondeados, etc. [esa] información del dónde (que permite ubicar objetos en el espacio) y otros sobre el qué (que aportan datos sobre la forma y características de los objetos para poder identificarlos)”. (p. 76 y 77). “Como sucede en otros terrenos de la creación humana, hace falta ser un genio de verdad para concebir una gran teoría, pero todos podemos entenderla y gozar de ella con nuestras inteligencias normales. Incluso puede llegar a parecernos sencilla esa idea g...