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Mostrando las entradas etiquetadas como Vergüenza

Gente sin vergüenza. 28.02.2019

  Sin duda pertinentes las columnas de El País del 17/02/2019. Como denuncia Luis Guillermo Restrepo, lo del viaje del Alcalde de Armenia y nueve concejales a Turquía, y el de la Directora del Hospital de Jamundí y 79 de sus empleados a Punta Cana, pagados por los contribuyentes, es una vergüenza. Todo aupado por la corrupción generada por la prohibición de las drogas que deja en claro Mauricio Cabrera, y de lo que han hablado otros columnistas e insistido Antonio Caballero hace años.   Y si lo de Hidroituango y los atentados del ELN no se pueden tratar con el mismo rasero, como dice Francisco Lloreda, sí son un impacto ambiental que contribuye al estado de emergencia que señala Pedro Medellín, hablando de la inseguridad, pero igual a su corrupción, y en el que la inversión en las regiones esta muy centralizada, recuerda Esteban Piedrahita aunque pasa por alto que ya viene corrompida, más preocupados por la empanada que por la ley, otra frase a agregar a las mencionadas po...

Vergüeza. 11.09.2008

Que vergüenza la inseguridad de Cali. Imperdonable la falta de vigilancia adecuada del Palacio de Justicia, blanco evidente del terrorismo. Deplorable la pusilanimidad de los terroristas, el saqueo posterior al atentado y el decir ahora que lo convertirán en un centro comercial para vendedores ambulantes. Irresponsable la falta de vigilancia de las estaciones del Mio, que se han debido instalar de último, y su equivocado diseño. Pese a su  altísimo costo facilita la vandalización, robo o daño de muchas de sus partes, como ya ha pasado. Que decepción las obras del Mio, casi todas mal diseñadas, construidas y terminadas, y ya medio desbaratadas, como los jardines y los separadores, o los pasos pompeyanos cuya torpe localización impide que muchos sean usados. ¡Y que tal la Calle 13!           Que vergüenza el pésimo ejemplo de los motociclistas de la Policía que andan por los andenes, o en contravia o se pasan los semáforos en rojo. Y, c...

Vergüenza pública. 22.04.2004

El uso indebido de las calles por los constructores es una de las cosas que mas pueden deteriorar el espacio publico de una ciudad. Deberían multarlos, como propone la arquitecta Marcela Falla, o al menos cobrarles un derecho pues ocupan los andenes e incluso las calzadas con materiales y escombros, y para trabajos propios de sus obras. En Ciudad Jardín han cercado hasta el cordón impidiendo la visibilidad en las vías. En Tequendama, la construcción del Centro Comercial Palmeto Plaza, a pesar del gran tamaño del lote, se sale sobre la novena ocasionando trancones y accidentes. Además todos ensucian las calles aledañas con el concreto y la tierra que botan o las mezclas que hacen en plena calzada y que no limpian nunca ni se les exige al menos su aseo posterior y nadie dice nada. Igualmente nada se dice de las vallas que invaden la ciudad y tapan su cielo y sus cerros como se les da la gana, donde se les da la gana y con lo que se les da la gana. Enormes y sofisticadas vallas que i...

Vergüenza. 29.03.2001

La mala suerte del edificio más alto de Cali no tiene fin: ahora es el más grande y costoso soporte de publicidad exterior del mundo y su más horripilante tugurio de antenas, elocuentes marcas dignas de esa estupidez que es el Guines, solo posibles en esta ciudad sin memoria que permite la invasión violenta e indiscriminada de su espacio urbano público. Por supuesto no es el primer edificio que se alquila sin pudor a la publicidad. Muchos lo han hecho con sus culatas y terrazas, pero es el primero en hacerlo con sus fachadas y a pesar de ser un hito de la ciudad, aun cuando lo sea por su solo tamaño. Por este camino no demoraran en ser usadas la Gobernación y el Cam para publicidad política como esa de "se siente nuestra fuerza" con la que se llenó la ciudad a falta de obras de verdad importantes, necesarias y bien diseñadas y construidas. No es imposible en una ciudad en la que permanentemente se "adornan" con pinturas tontas, propaganda incluida, cuantos muros s...

Vergüenza. 23.03.2000

Se trata esta vez de un colegio de bachillerato mixto del norte del Valle, en el plan pero donde el acento ya es un poco paisa. La pequeña población es inesperadamente blanca, silenciosa, limpia, tranquila y segura. Las bicicletas se dejan en la calle y las puertas permanecen abiertas. El único preso se trasteo él mismo a la cárcel mas ocupada de una población vecina, y en los últimos siete años solo un asesinato casi que pasional, que no lo son del todo. La funeraria se tiene que ayudar vendiendo deliciosos pandebonos. Además es bonita: su rigurosa traza de amplias y rectas calles bien pavimentadas y con amplios aleros, que rematan todas en empinadas y cercanas lomas o en paramentos que la confinan, ha sido escasamente alterada solo por unos pocos ejemplos recordatorios de un narcotráfico que no sólo le ha dejado al país violencia y corrupción sino también mal gusto.           Como si no fueran suficientes los emblemáticos desatinos del ...