Primero las multas eran ridículamente bajas y ahora lo son ridículamente altas. N ingún país de la Unión Europea, ni en Estados Unidos, Inglaterra o Canadá, se contempla una sanción tan severa, nos recuerda Klaus Ziegler (El Espectador, Bogotá 25/12/2013 ) . La nueva ley penaliza con multas millonarias a quienes sean sorprendidos conduciendo un vehículo después de haber bebido apenas una copa de vino o una cerveza. Pueden llegar a 28 millones de pesos, enfrentar la anulación de la licencia de conducción durante 25 años, y la inmovilización del vehículo . Sin serios estudios previos es evidentemente una improvisación ramplona aprobada a última hora por populismo electorero, o por esos senadores que creen que la mariguana de Colorado mata. Ojala no pase igual con las conversaciones de la Habana; o las próximas de Lima para el cambio climático ( Manuel Guzmán Hennessey, El Tiempo, 26/12/2013 ). ...