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Mostrando las entradas etiquetadas como La línea

3.El túnel. 10.02.1999

Quizás el Congreso de Cúcuta de 1821 se equivocó al pensar que lo que se necesitaba para aglutinar la nueva República era una nueva capital y no una carretera que uniera las que ya existían desde mucho antes. Por lo demás podría también llevar el nombre "del Libertador Bolívar" que escogieron desde el principio para la nueva ciudad. El hecho es que para ir de Caracas o Bogotá a Quito, o viceversa, no hay mas remedio que pasar por La Línea. Vencer su paso debería ser un propósito multinacional. En lugar de comprar costosos (pero anticuados) aviones, buques y submarinos de combate para amenazarse mutuamente, estos países deberían invertir allí. Es mejor el comercio que la guerra, como finalmente lo descubrieron en Europa después de muchas guerras. Ejemplo que se apresuraron a seguir los países (sería mejor decir, las ciudades) que conforman Mercosur. Lo mismo podría decirse del Pacto Andino, pero sin transporte terrestre económico no hay pacto que valga, y el de Colombia es u...

2.Bajando la línea. 27.01.1999

           Después de una espera prudencial, una o dos horas, mínimo, los del choque se ponen de acuerdo rápidamente: la tractomula que no quedó varada continúa incólume su camino y los demás camioneros deciden despejarlo. Pero hay que esperar a que alguien preste una cadena pues los choferes de elegantes uniformes de las mulas nuevecitas de las transnacionales no se avienen a desacomodar sus impecables cables de arrastre, que parecen más de adorno que de emergencia, y los camioneros paisas solo quieren alquilar los suyos. Por supuesto nadie quiere pagar solo. Afortunadamente antes de que se comience a organizar una "vaca" que se puede perder, alguien, muy arriba, posiblemente un boyacense servicial o un pastuso inteligente, presta una vieja, delgada, oxidada y muy corta cadena que alguien arrastra como loco carretera abajo y comienza el emocionante y aleccionador despeje.           Al "dobletroque" más inmed...

1.Subiendo la línea. 13.01.1999

Por ahí han pasado todos los colombianos al menos una vez en la vida. Une frágilmente las dos cuencas por las que se conquistó este vasto territorio: Gonzalo Jiménez de Quesada subió el Magdalena y Sebastián de Benalcázar bajo el Cauca, para encontrarse con Nicolás de Federman al que tan pocas bolas se le pone tal vez por eso de que los alemanes todo lo pueden o sino ¿que otra cosa es la Unión Europea que ya tiene pasaporte común y estrena moneda única mientras que nosotros apenas comenzamos a finalizar nuestras guerras "fratricidas"?           A partir de la primera vez que la tranquilidad llegó a la región, a principios del siglo XVII, tras el final de la Gue­rra a los Pijaos que adelantara (exterminándolos) el Presidente Juan de Borja, mucho más de la mitad de la carga interna o que se exporta o importa en el país, legal o ilegal, comenzó a pasar por ahí. Después vino la Violencia y la violencia de ahora, pero ahí se continúa   de...