La diversidad de opiniones sobre el premio de la VI Bienal Iberoamericana de Arquitectura evidencia la necesidad de continuar el debate sobre nuestra arquitectura actual. Es un tema cultural que permitiría a los ciudadanos acceder a sus ciudades en tanto que obras de arte colectivo. Pero los arquitectos, en la medida en que intervenimos en lo que es de todos, tenemos que aprender a concentrarnos en lo razonable de las criticas que suscitan nuestros edificios, mas que en los supuestos motivos personales de los críticos; a argumentar mas que vilipendiar. Si no tenemos temor a que se construya lo que diseñamos, mucho menos lo deberíamos tener a que se lo discuta, creando ese útil "trasfondo meditativo" del que habla Milan Kundera (François Ricard: La littérature contre elle-mème, 1990). Nos permitiría desarrollar una teoría que evite que nos volvamos arbitrarios o repetitivos, al entender y aclimatar el simple gusto propio tornándolo pertinente y colectivo (Hanno-Walter Kruft...