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Mostrando entradas de agosto, 2000

Made in Colombia. 31.08.2000

La ministra nos recuerda que Vivaldi no es colombiano, pero su música ¿es extranjera? Dice media verdad a medias cuando dice que el Jazz y la opera son extranjeros. Pero se engaña si cree que los vallenatos no lo son al menos en parte: se cantan en un idioma "extranjero" se acompañan con instrumentos de origen europeo, africano e indígena y   hablan de lo que le pasa a todo el mundo en todo el mundo; y los escuchan, comentan y escriben de ellos y hasta los bailan (lo que no es muy vallenato) muchos bogotanos que para la costa caribe, donde se originan y practican, vienen a ser casi como esos muchos otros extranjeros que los escuchan aquí y fuera del país. No; lo único colombiano en todo esto -aparte del insípido tejo y el universal ajiaco- son las desafortunadas afirmaciones de esta ministra, que parece serlo de Chávez, cuando antepone excluyentemente lo culto a lo popular y lo universal a lo regional, que confunde con el país, ignorando su pluralidad cultural -y no solo la

La Cali que no fue. 24.08.2000

La Gobernación se podría haber construido sin demoler el Palacio de San Francisco. Con solo hacer las fachadas que no tenía, allí estaría el despacho del Gobernador unido con el nuevo edificio de oficinas (eso es lo que es) por un moderno puente. Debajo de la plaza, que sería más compleja, aun se puede hacer un estacionamiento público. Con mover un poco El CAM se hubiera conservado el cuartel del Batallón Pichincha para ese Museo de la Ciudad que Cali, tal vez por que ya no lo es, todavía no tiene. El Club de Tenis y el Cuartel del Benemérito Cuerpo de Bomberos ¿para que tumbarlos? Mejor haberlos conservado, como el Puente Alfonso López, o de los Bomberos, pese a que no se soluciono bien. En el Gutiérrez Vélez viviría gente y tendríamos el placer de bajar sus escalinatas y recoger el correo al lado del río. Remodelado, como Casa Medina en Bogotá, el Alférez seguiría siendo el mejor hotel de la ciudad. El Club Colombia sería más elegante y tradicional en su vieja sede, que merecía un

Cali lo necesita. 17.08.2000

A falta de uno bueno hay doce candidatos "malos" para la alcaldía. Todo un sospechoso enjambre. ¿Porqué quieren serlo de una ciudad con los problemas de esta? Como escribiera en días pasados Oscar López Pulecio, no existe el alcalde ideal. El mejor es el menos malo y afortunadamente casi siempre hay uno menos malo: Cali lo necesita. Hay que identificarlo. Uno que aparte de tener un concepto claro sobre el POT, entienda que su oficio es hacer que el día a día de la vida ciudadana sea más digno, fácil, amable, seguro y significativo.           Que castigue duramente a los que se pasen el semáforo en rojo; que recupere los andenes para los peatones y que a estos los discipline para que crucen por las esquinas. Que experimente el placer de poder caminar por calles liberadas de la atarvanería de los que aquí manejan carro como si nunca hubieran tenido uno. Que suspenda la estupidez de llenar la ciudad de "reductores de velocidad" que la gente reclama pues el haberla

El POT. 10.08.2000

Hay aspectos interesantes en el Plan de Ordenamiento Territorial de Cali (POT) poco mencionados. Para principiar, es un instrumento que se viene realizando desde una perspectiva puramente técnica pero que se decide desde una gestión supuestamente política que, en las circunstancias actuales, es ante todo ineficiente, corrupta e ignorante. Es también una propuesta que a la vez que es poco participativa (en el sentido de que no recoge trabajos previos sino que se limita a oír opiniones) se somete a una opinión publica desconocedora del tema. Tampoco es un verdadero plan (en el sentido de apuntar a un modelo integral que prefigure espacial y culturalmente la ciudad), ni es de ordenamiento, ni abarca todo su verdadero territorio, ni cuenta con el tiempo para ser formulado correctamente. Circunscribirlo al Municipio de Cali (como lo obliga la ley) es ignorar conturbación ya existente con Jamundí y Yumbo, y la que avanza hacia los asentamientos industriales y de vivienda al otro lado del

El Parque del Acueducto. 03.08.2000

Después de los VII Juegos Panamericanos de 1971 se inició en Cali la perversa práctica de utilizar los parques para ampliar vías o construir cruces viales a varios niveles, a espaldas de una opinión pública para peor de males bastante errática. Tal vez el Parque de los Estudiantes, junto a Santa Librada, fue el primero. Un día apareció rodeado de bardas que nada dejaban ver y seis meses después estaba listo eso que se ve hoy. El parque quedo mermado y destrozado y el sencillo cruce a nivel sin semáforos que allí había fue reemplazado por los costosos, feos e inútiles puentes que simplemente desplazaron el problema que no había hacia el norte, donde se "resolvió"   en la Cl. 5ª con Cr. 1ª y Av. Colombia, pasándolo más al norte aún, y hacia el sur en donde seguramente estarán pensando en usar el Parque Panamericano con tal fin.           Esta vez le llego la hora al bellísimo y desaprovechado Parque del Acueducto. Ya comenzaron a talar los árboles para la ampliación a dos c