¿Qué hay por encima de todo […] que nos una y nos ponga bajo un imaginario de identidad nacional? se pregunta Philip Potdevin (El País, 22/01/2007). Como él mismo lo dice, a la llegada de los españoles no había aquí ciudades ni pirámides de importancia, ni culto a los alimentos y su cocina, como en otros lugares del Nuevo Mundo, por lo que carecemos de una raigambre prehispánica fuerte. Además, la mayoría no somos descendientes “puros” de los indígenas que poblaban estas tierras ni de los esclavos negros que después trajeron los españoles. Somos su mestizaje con ellos, el cual es cada vez mayor (Néstor García Canclini: Culturas híbridas,1990). Pero la herencia española no nos es tan ajena como cree Potdevin. La arquitectura mudéjar, como el español, es uno de los grandes legados que nos dejó la conquista (Fernando Chueca Goitia: Invariantes…, 1979). Y en ella, y en su evolución posterior hasta la posmoderna andina de Rogelio Salmona, estriba buena parte de la identidad nacion...