Una gran parte de las edificaciones de Cali no son resistentes a los sismos. En las diseñadas después de 1984 de acuerdo al primer Código de Construcciones Sismorresistentes, que buscaba reducir la pérdida de vidas mediante estructuras flexibles, se debe esperar que ante un sismo fuerte sufran daños considerables en los cerramientos, paredes divisorias y acabados, lo que disipa la energía sísmica evitando que fallen las columnas y colapse la edificación. Posteriormente, las Normas Colombianas de Diseño y Construcción Sismorresistente, NSR 98, de 1998, considerando que es preferible que no haya muchos daños, buscaron por lo contrario la rigidez de las construcciones mediante la utilización de muros de concreto en dos direcciones en lugar de columnas. Esto implica un cambio en su arquitectura que las asemeja a las tradicionales (y bajas) construcciones de muros cargueros que llevan años resistiendo a los temblores. La Ley 715 de 2001 ordenó realizar estudios de vulnerabilidad sísmica...