Dinamitar unos edificios modernos en Cali “para darle paso a la modernidad” y querer demoler “por viejo” el muy moderno edificio del aereopuerto El Dorado en Bogotá (el contrato ya está adjudicado), muestra lo confundidos que están los que piensan que destruir en lugar de construir es progreso, avance, adelanto, perfeccionamiento . Lo que sí resulta moderno, perteneciente a nuestro tiempo, como dice el DRAE, es esa pulsión demoledora del último medio siglo en Colombia y especialmente en Cali desde los Juegos Panamericanos. Y lo mas grave es que no se reemplaza todo y cuando se hace con frecuencia no es un desarrollo, un incremento técnico y justificado de la arquitectura moderna, sino apenas su evolución estética, que es solo pasar de un estado a otro no necesariamente mejor. La arquitectura en tanto técnica se puede desarrollar pero su estética solo evoluciona, y es perverso cuando esta evolución compromete su desarrollo, como hoy entre nosotros cuando se insiste en la arquitectura...