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Mostrando entradas de marzo, 2001

Vergüenza. 29.03.2001

La mala suerte del edificio más alto de Cali no tiene fin: ahora es el más grande y costoso soporte de publicidad exterior del mundo y su más horripilante tugurio de antenas, elocuentes marcas dignas de esa estupidez que es el Guines, solo posibles en esta ciudad sin memoria que permite la invasión violenta e indiscriminada de su espacio urbano público. Por supuesto no es el primer edificio que se alquila sin pudor a la publicidad. Muchos lo han hecho con sus culatas y terrazas, pero es el primero en hacerlo con sus fachadas y a pesar de ser un hito de la ciudad, aun cuando lo sea por su solo tamaño. Por este camino no demoraran en ser usadas la Gobernación y el Cam para publicidad política como esa de "se siente nuestra fuerza" con la que se llenó la ciudad a falta de obras de verdad importantes, necesarias y bien diseñadas y construidas. No es imposible en una ciudad en la que permanentemente se "adornan" con pinturas tontas, propaganda incluida, cuantos muros s

Un Palacio condenado. 22.03.2001

No esta claro quien es el responsable hoy de este edificio, uno de los más representativos de Cali, que pronto amenazará ruina: lo están desvalijando y la lluvia, el polvo y la falta de uso están haciendo de las suyas. También es desde hace años uno de los más analizados y recientemente Ricardo Hincapié realizó su ejemplar estudio completo y valoración.           En la reseña de 1926 del Ministro de Obras Públicas se lee que El Palacio Nacional de Justicia, como dice en su entrada, "ocupa una superficie de 2.600 M2, estilo Luis XVI, de tres pisos y subsuelo; coronado por un piso de mansarda interrumpido por dos grandes cúpulas situadas en el eje de la fachada y en la esquina". Fue proyectado de 1924 y 26 por el arquitecto belga Joseph Maertens, consultor del Ministerio, y construido por ingenieros del Ferrocarril del Pacífico, al que se delegó la obra, pues en estos casos se subcontrataba con empresas nacionales o extranjeras ajenas al gobierno, pero se necesitaron constr

Los Caliban. 15.03.2001

Mientras las revistas especializadas de los periódicos y, como si no bastaran, también sus otras secciones internas, dedican páginas y páginas a la F1, apenas se ha dicho algo de los Talibán y la destrucción violenta, oscurantista y dogmática de los enormes Budas de pie tallados en la roca (53 y   38 metros de altura) del siglo IV o V, en el valle de Bamiyán en Afganistán. Menos aún se ha dicho que la destrucción de nuestra ciudad tradicional continua. De lo Calibanes que somos.           A los "caleños" no les interesan las tradiciones de "su" ciudad, y siguen eliminando todo lo "viejo".   La mayoría no tiene raíces aquí ni la educación para preocuparse por una historia que creen que no era también la suya. Los pocos que las tienen son insensibles a lo urbano e ignoran la importancia del patrimonio construido. La falta de conciencia de su valor económico y cultural los llevó a vender lo que no era solo de ellos para cambiar casas estupendas por mezqui

Planificar. 08.03.2001

Preocupa que asuntos como el control de la natalidad y la legalización de las drogas se dejen de lado pese a que están en la base de los mayores problemas del país: la guerra y el rapidísimo y mal crecimiento de sus ciudades. ¿Cómo se puede planificar a Cali si tendrá tres millones de habitantes en unos años? ¿Sólo aceptaremos que la mejor manera de evitar el consumo fatal de drogas, legalizándolas para poderlas controlar, será cuando lo hagan los norteamericanos? Ya los Secretarios de Estado y Defensa aceptaron que mientras haya consumo allá habrá oferta aquí, o en otra parte, como lo viene explicando Antonio Caballero hace dos décadas hasta el aburrimiento. El conflicto interno de Colombia se financia con el narcotráfico (o contra) como ha terminado por aceptarlo todo el mundo, y es responsable del 80% de los secuestros y el 50% de los homicidios, y permanentemente desplaza poblaciones enteras.           Pero además de los que llegan a las grandes ciudades están los que aunque na