Unos mejores sectores urbanos de las grandes ciudades no serían muy diferentes a las pequeñas que había antes. Lo mejor de estas –el uso peatonal y calidad espacial de sus calles- se añade a lo mejor de las de ahora –su infraestructura de servicios- disminuyendo al máximo lo peor que tienen –inseguridad, inmovilidad y fealdad-. Sin embargo, la mayoría en Cali, por ejemplo, incluyendo a sus últimos alcaldes y concejales, no saben discernir a fondo que es lo mejor de las de antes (no lo conocieron) ni lo peor de las de ahora (no lo reconocen). C omo dice André Gorz ( La ideología social del automóvil , Le Sauvage, 1973), si el automóvil particular continúa prevaleciendo, impuesto por las industrias del petróleo y los automóviles, no quedaría más que expandir las ciudades a las afueras pues solo en los suburbios se puede circular cómodamente, precisamente porque están lejos de todo. Pero desde luego ni siquiera si, como precisamente en Cali, se ponen en uno