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Mostrando las entradas etiquetadas como Carro

El culto al carro. 18.06.2015

El problema de la movilidad ( cualidad de movible) de los caleños, que no de la ciudad, como se ha venido diciendo equivocadamente pues estas, en tanto artefactos, sólo se mueven con los temblores, es que los carros se volvieron una necesidad después de haber sido un lujo hace un siglo ( André Gorz: La ideología social del automóvil , 1973). Y como dice Yubal Noah Harari “los lujos tienden a convertirse en necesidades y a generar nuevas obligaciones” ( De animales a dioses, 2014, p.106). Para peor de males se piensa que el tránsito ( pasar de un punto a otro por vías públicas) es solo un problema de los vehículos (medio de transporte de personas o cosas) y que estos son sólo los automóviles (que se mueven por sí mismos) y no también las bicicletas. Y cuando se habla de automóviles no se piensa también en motocicletas, taxis, buses y buses articulados, confundiendo además el transporte colectivo con el masivo, el que sólo pueden brindar trenes o buses biarticulados. Finalmente, ...

Los trenes. 18.04.2013

Como dice André Gorz, la industria capitalista del automóvil hizo desaparecer los trenes, como solución al transporte, cuando el carro estaba a punto de no servir mas como vehículo de lujo para una elite. Así, el automóvil se volvió obligatorio para todos, y no hacía falta convencer a la gente de su necesidad. Pero pronto quedó inexorablemente pegado a las vías (autopistas, carreteras,   avenidas o calles) como el tren a las carrileras. Nadie puede detenerse del todo repentinamente pues, al igual que en el tren, se debe viajar a una velocidad decidida por otros. En suma, el carro no posee ninguna de las ventajas del tren pero sí todas sus desventajas, además de vibración, espacio reducido, peligro de choque, y el esfuerzo necesario para manejarlo ( La ideología social del automóvil ,   Le Sauvage, 1973).             Los estados capitalistas dejaron que se degradaran los trenes y luego se suprimieron sus conexiones ent...

Otro día sin carros. 12.02.2004

Pese a los reparos razonables, los “días sin carro”, como el que se acaba de hacer en Bogotá, nos permitieron descubrir otros transportes diferentes al automóvil particular, comprobar que podemos organizar mejor nuestras actividades y recorridos, enterarnos del alcance de los accidentes de transito y sobre todo ver y disfrutar nuestras ciudades sin tanto peligro y contaminación visual y atmosférica. Pero su repetición e imitación simplista comienzan a agotarlos y tal vez sea hora de renovarlos. Por ejemplo, cambiándolos por “días sin carros ni motos en los andenes”. Tendrían solo algunas de sus ventajas pero en cambio no implicarían casi ninguno de sus inconvenientes. En esas 24 horas habría que permitir estacionar en todas las calles (a la derecha para comenzar) pero sin interferir con los paraderos de buses, entradas a garajes y parqueaderos. Los que suban ese día sus vehículos a las aceras deberán ser multados y estos retirados con grúa y lo mismo los que se estacionen al otro l...

¡El carro o la vida!. 07.06.2001

Mientras que en París o Quito, recientemente   en Bogotá, o incluso hace años en Manizales, se eliminan carriles de carros para ampliar los andenes, en Cali se amplían aún mas las avenidas de calzadas dobles con las que a mala hora se sitiaron y cruzaron sus cascos tradicionales y, lo que es peor, se procura disponer todos sus carriles en el mismo sentido de circulación. ¿Cuando abandonaremos ese horripilante modelo norteamericano de autopistas en medio de las ciudades, carros inútilmente potentes e innecesariamente grandes, enormes pero insulsos malls y casas unifamiliares pegadas unas a otras en esos suburbios sin plazas ni calles ni gentes, que tanto daño le ha hecho a esa bella y potente tradición hispanoamericana tan antigua aquí como nuestra común lengua y cultura que es la ciudad occidental hoy ya varias veces milenaria?           Desafortunadamente también desde el inicio estamos inmersos en la mentira, como dijo Octavio Paz ...

¡Carajo, no pite!. 11.08.1999

Hay que insistir: hay muchas iniciativas que habría que hacer realidad en Cali para que la vida aquí fuera más grata y digna. Pero demandan cuantiosas inversiones y muchos estudios. Por eso se hacen incompletas o mal o no se realizan. Pero hay otras que no requieren prácticamente ninguna inversión ni estudio. Pero no les paran bolas por que ni las autoridades ni los ciudadanos que las eligen son conscientes de su importancia. Carecen a mano de ciudades de verdad para poder compararlas con la suya. Cali esta cada vez más lejos de Cartagena y hasta de Popayán. De Caracas o Quito. Y ni se diga de París o Barcelona. Ignoran lo que es una ciudad grata y digna; o piensan, como personas aun colonizadas, que eso solo es posible en el extranjero, al que detestan pero al que muchos (70% según una última encuesta) quisieran irse, vencidos por el miedo o buscando, es su derecho, otra oportunidad, pero renunciado entretanto a transformar su propia y única realidad.      ...