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Mostrando entradas de agosto, 2005

Tres tristes trampas. 25.08.2005

Pensar que con solo no hacer ahora los terceros carriles en las calzadas laterales de la Calle Quinta se salvará su alameda es una falacia. De lo que se trata es de recuperarla, sembrando nuevos samanes, pues ya había sido muy deformada por las torpes ampliaciones viales en el viejo y muy bello bulevar que existía desde el Parque de los estudiantes hasta la Universidad del Valle o mas allá, que los caleños de ahora no conocieron y que los de antes olvidaron de tanto ir a Miami. Lograr que “solo” se eliminen 34 árboles puede ser una victoria pírrica, además de que hasta la Calle 10 serán muchísimos mas, no tan importantes como los samanes pero al fin y al cabo árboles. Desde ya hay que tomar las medidas necesarias para que un próximo Alcalde, sordo a las protestas que probablemente los defensores de lo verde harán nuevamente, no acometa, apoyado por los adoradores de los carros, la “obligatoria” ampliación de dichas vías para solucionar el problema del trafico que desplazará el MIO. A

Ciudad sin estatuas. 18.08.2005

Así titulaba Alfonso Bonilla Aragón su columna de junio 26 de 1975 en El País. Decía Bonar que nuestras ciudades carecen de monumentos pero lo animaban las fuentes que se construirían con motivo de los Juegos Panamericanos de 1971 para alegría de Cali. Con tino las llamó “huéspedes moriscas de agua”. Y hacía la lista de los monumentos a erigir en la ciudad donados por las repúblicas hermanas. Venezuela, una estatua ecuestre monumental del Libertador, y Panamá la de Vasco Núñez de Balboa. Colombia respondería por una del General Alfredo Vásquez Cobo, y aspiraba a que los caleños le erigieran una al General Tomás Cipriano de Mosquera, igual que a Manuel Mallarino y Jorge Holguín, coterráneos y presidentes ambos. Pero como lo predijo, los tiempos no estaban para estatuas. Y tal parece que aquí nunca lo han estado. Durante la Colonia estaban simplemente prohibidas, las republicanas de finales del siglo XIX y principios del XX fueron escasísimas y pequeñísimas, y las de ahora, vulgares, t

Mejor San Antonio. 11.08.2005

Allí hay cosas únicas en Cali como algunas casas, su capilla mudéjar, el Teatro mágico del sabor de Michael Lynch o la Pastelería y Repostería de Gali Paz-Zahavi. No hay casi construcciones abandonadas o que amenacen ruina. Poco a poco se mejoran mas viviendas y cada vez con mejor criterio. Los feos e inútiles enchapes ceden el paso a fachadas sencillas y blancas. También se recuperan los viejos paramentos de las calles, como lo permite desde hace unos años la nueva reglamentación. Así, el barrio ha recuperado algo de la belleza que se registra en las fotos de Alberto Lenis de principios del siglo XX. Sin embargo, al contrario de las calles desocupadas que se ven en ellas, las de ahora son cada vez mas animadas. Pero al mismo tiempo la última feria transcurrió allí con mayor discreción y las fiestas ya no duran hasta la madrugada. Las cuadras van recuperando su “sereno” y hay mas seguridad.              Lamentablemente quedan aun muchos propietarios individualistas que aun no han a

La estrategia del caracol. 04.08.2005

En la popular película de Sergio Cabrera la argucia sirvió para que se desmantelara poco a poco una casa sin que nadie se enterara, y al final las autoridades tuvieran que encontrarse no solo sin casa sino con un vacío jurídico, cosa que a todo el mundo le pareció muy chistosa en este país que aplaude la trampa. En la vida real esa estratagema sirve para que muchas construcciones ilegales se terminen poco a poco en nuestras ciudades sin que sus autoridades se den por enteradas, y al final tener un hecho creado que ya pocos funcionarios se atreverán a hacer demoler pese a que así se los demande la ley. Es el caso de la casa de San Antonio, en la calle cuarta entre carreras sexta y novena (recordemos que allí no hay séptima ni octava), en un barrio supuestamente muy protegido por su valor patrimonial. No solamente se le esta haciendo un tercer piso, que ocupa la totalidad del lote, ambas cosas absolutamente prohibidas en la reglamentación actual, sino que no cumple con ninguna de las n