Los humanos, igual que todos los seres vivos que existen en la Tierra, no pueden decidir nacer y a continuación tener que vivir, sólo sus madres pueden hacerlo; pero después sí pueden buscar ser felices sin impedir la felicidad de los otros, aunque no faltan los que creen encontrarla matándolos o, peor, haciéndolos morir. Y también pueden decidir morir antes de que la muerte les llegue, tarde o temprano, lo que ha llevado a la tonta broma, y por eso poco conocida, de que han existido sociedades en las que es prohibido abortar, suicidarse o buscar la eutanasia cuando ya se esta muriendo, y condenan a muerte a los que lo intentan, impidiéndoles ser felices al decidirlo ellos mismos. La felicidad, dice el DLE, es ese estado de grata satisfacción espiritual y física que constituye un principio generador de carácter íntimo y esencia o sustancia de algo, generando un vigor natural que alienta y fortifica el c...