Hacer obras públicas por valorización es sin duda pertinente pero lo que no siempre es acertado es cómo se define qué se valoriza y a quienes se beneficia. Y por supuesto habría que incluir otro equipamiento urbano, como parques, escuelas o puestos de policía. En pocas palabras lo sensato es que todas las obras públicas a realizar en la ciudad deberían, al menos en parte, ser realizadas por valorización. El asunto es, pues, a quiénes se cobra el impuesto y cuánto se les cobra, y sobre todo no cobrarlo antes para no hacer nada después; es decir, toda una estafa, como sucedió en Cali con las ridículamente llamadas “megaobras”, varias sin comenzar y ninguna concluida. Hacer andenes beneficia a los peatones, que son todos los habitantes de la ciudad, incluyendo alcaldes y concejales, considerando que muchos caminan por las calles para acceder al transporte público o simplemente para llegar a donde van, y que los que no caminan por la ciudad se animarían a hacer lo que justamente ...