Los que dicen que el trastorno climático es un cuento chino, además echado por los mismos chinos, como Trump, pese a que allá ya esta en construcción la primera ciudad verde del mundo, o que nada les dice el desprendimiento de mil millones de toneladas de hielo de la Antártida, aunque sea un fenómeno natural y no suba un metro el nivel del mar a corto plazo inundando ciudades, o que la deforestación de la Amazonia para sembrar la coca que usan en USA y cereales para los chinos nada les dice, son de hecho unos irresponsables. Y no sólo con el futuro de sus vidas, en tanto calidad de vida, si no con toda seguridad con las vidas mismas de sus descendientes. El caso es que, como escribió un gran poeta andalusí “las cosas [los] están mirando y [ellos] no [pueden] mirarlas” pues la (equivocada) economía no los deja ni su codicia tampoco. Hay que pensar “verde que te quiero verde”...