Los peatones propiamente dichos s on las personas que van a pie por una vía pública. Caminar es lo propio de las ciudades y todos en ellas lo tienen que hacer por sus calles en algún momento de cada día, prácticamente todos los días, toda la vida, aun cuando sea apenas para llegar hasta un carro o después de salir de él. Su movilidad depende de que cuenten con espacios particularmente destinados para hacerlo: andenes, en la orilla de las calzadas, junto al paramento de las construcciones que conforman las calles, como también en todas las demás vías públicas. Todo cambió hace un siglo con la introducción de los automóviles y los suburbios sin andenes, atenidos a usar el carro para todo; incluso para ir al gimnasio a caminar en una maquina viendo paisajes foráneos en la TV. La movilización se vio muy afectada, desapareció el encue...