Como dice con razón Andrés Felipe Jaramillo Salazar “los elementos de la mal llamada arquitectura bioclimática, son abióticos […] Aire, Sol, Viento, Sombra, Barreras, en fin, una que otra planta” (El País, Vie, 03/01/2013 - 11:33pm), y añade que toda arquitectura debiera ser amigable y armónica con el clima. Y desde luego llamarla bioclimática, y que ahora es una muletilla de moda, pues, como dice Jaramillo, lo que vende es lo verde, lo “bio”. Lo que es tan equivocado como llamar “piel” a fachadas que ni siquiera funcionan de manera similar, que fueron las que dieron origen a denominarla así. Pero de lo que se trata es de volver a tener iluminación y ventilación, o calefacción, naturales. Por eso mismo no pocos insisten en que a la arquitectura mal llamada bioclimática se la designe como arquitectura sencillamente. El hecho es que la (mal) llam...