En la cuarta entrega de esta columna ( El voto urbano , 15/06/1998) es decir hace ya casi dos décadas, ya hablaba de “un mundo amenazado por la contaminación y las basuras, la destrucción de la naturaleza, el calentamiento, la amenaza nuclear, y también por las multinacionales y su masificación de las modas mediante una propaganda que lo oculta todo, por la burocratización, los fundamentalismos, la intolerancia y el terrorismo, y, especialmente, por el aumento desmesurado de la población y su aterradora dependencia de energía de fuentes no renovables”. Graves y acuciantes problemas cada vez más evidentes y amenazantes pero que aún muchos niegan o prefieren no ver. Las soluciones no hay otra posibilidad que buscarlas principiando con una verdadera educación, la responsabilidad de las diferentes sub culturas ante los temas comunes, la ecología no ingenua, la planificación fami...