Como tanto insistió Rogelio Salmona, y que por supuesto se puede corroborar en toda su vasta obra, en arquitectura es escaso lo que se crea y mucho lo que se recrea. Tratándose de edificios, y no apenas de objetos, solo es posible alguna de las muchas variaciones y combinaciones de las pocas formas geométricas básicas que existen. Pero cuando solamente se imitan reinterpretaciones hechas por otros y en otra parte, se cae en el engaño de hacer que aquí parezcan lo que ni siquiera son allá. Mas en últimas lo que importa es lo que se copia, la pertinencia de hacerlo y la manera como se hace, que es lo que diferencia el burdo plagio de la verdadera superación. Como dijo T. S. Eliot, los poetas maduros no imitan sino que roban, y por supuesto roban solo lo que tiene valor para su propia poesía. Pero tal parece que algunos de “nuestros” jóvenes arquitectos de moda apenas se co...