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Mostrando entradas de abril, 2001

Ver y oír. 26.04.2001

A la Orquesta Sinfónica del Valle "La arquitectura -escribió Sir Joshua Reynolds, que siendo gran pintor tenía por que saberlo- recurre directamente, como la música [y ahora mucho arte], a la imaginación, sin que intervenga ningún género de imitación..." Son espacios, abiertos o cerrados, ligados o no, que se ven (y se habitan) a lo largo de recorridos diferentes en tiempos indeterminados, pero que forman un todo. De otro lado, notas, acordes, frases, temas y movimientos encadenados que se oyen en un tiempo preciso y en un orden dado; es la música, esa construcción invisible, como dice el Emperador en Memorias de Adriano. Pero hay más: la resonancia que producen las bóvedas de crucería, recordaba   Mario Gómez Vignes, pudo insinuar la polifonía al final de la Alta Edad Media, y sin duda fue la música sinfónica y coral la que inspiró la Filarmónica de Berlín y no sólo la respuesta funcional de Hans Scharoun al grave problema de estar la sala localizada en la ruta de apro

Desechos de la del Valle. 20.04.2001

Lamentablemente no es la primera vez que la policía toma por asalto la universidad destrozando violentamente instalaciones y equipos. Hubo otras. Hace 30 años fue su sede de San Fernando. El muerto, ahora, un agente, antes, un estudiante. Nada han cambiado las cosas. La policía sigue pensando que "universitario" es sinónimo de terrorista, el Consejo Académico no se atreve a usar su autoridad legal por no aparecer autoritario y de derechas, la comunidad universitaria se lava las manos y muchos en ella piensan que las universidades públicas son zonas de distensión vedadas a la ley y a las autoridades nacionales.           Si la policía estuviera adentro, como en alguna época se hizo, podría defender la universidad de los terroristas que la usan para esconderse, y también vencer la rabia que le tiene. Si las directivas de la universidad denunciaran a sus falsos estudiantes, aunque estén algunos matriculados, como es su deber, se evitaría lo que volvió a pasar. De todo esto s

Belleza vallecaucana. 12.04.2001

"El cielo -escribía Jorge Isaacs en María , hace siglo y medio- tenía un tinte azul pálido, hacia el oriente y sobre las crestas altísi­mas de las montañas, medio enlutadas aún, vagaban algunas nubecillas de oro, como las gasas del turbante de una bailarina, esparcidas por un aliento amoroso […] Las garzas abandonaban sus dormideros, formando en su vuelo líneas ondulantes que plateaba el alba, como cin­tas abandonadas al capricho del viento. Bandadas de loros se levantaban de los guaduales para dirigirse a los maizales vecinos, y el diostedé saludaba el día, con su triste canto, desde el corazón de la selva." Isaacs describió también su luz: "Una tarde, tarde como las de mi país, engalanada con nubes de color de violeta y lampos de oro pálido..." o: "La luna, que acababa de elevarse llena y grande bajo un cielo profundo sobre las crestas altísimas de los montes, iluminaba las faldas selvosas blanqueadas a trechos por las copas de los yarumos, argentando las e

Ni antigüas ni modernas. 05.04.2001

Dice el historiador Georges Lomné (Magazín de El Espectador, septiembre 12 de 1999), aportando otro enfoque al porqué de la violencia en el país, que la Independencia fomentó en Colombia un patriotismo a la antigua: como había que luchar contra la monarquía, las ciudades se pensaban como ciudades antiguas. Al menos su imagen.           La adopción de nuevas iconografías es claramente explicada por Marx: "La tradición de todas las generaciones desaparecidas oprime como una pe­sadilla el cerebro de los vivos precisamente cuando estos parecen trabajar para transformarse a sí mismos y a las cosas, para crear lo que no ha exis­tido nunca; en tales épocas de crisis revoluciona­ria se evocan angustiosamente los espíritus del pasado para ponerlos a su servicio; se toman presta­dos sus nombres, sus consignas, sus costumbres, para representar con este viejo y venerable disfraz y con este parlamento tomado en préstamo la nueva escena de la historia. Así Lutero se disfrazó de apóstol Pabl