Si no fuera por los cerros y el río uno viviría perdido en Cali. Su traza urbana ha crecido mucho y se volvió intricada en extremo, y su nomenclatura no solo es confusa sino que en el curso de una generación va a cambiar por tercera vez. Al contrario de los teléfonos, que comenzaron por tres dígitos y ya van por siete, debido al crecimiento de la ciudad y a su popularización, pero que siguen siendo números, su enunciación es un embrollo de calles, carreras, avenidas, transversales y diagonales, y las placas no son visibles o no existen. Cuando una dirección está por fuera del clarísimo centro tradicional y sus primeros ensanches, siempre hay que preguntar por donde queda. Y en la noche hay que ir con linterna pues las placas, además de pequeñas, casi nunca están iluminadas. La solución puede sin embargo ser fácil. Como ahora, las calles serían las que van aproximadamente de norte a sur, principiando por las que están al l...