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Mostrando entradas de marzo, 2006

La Villa Savoye. 30.03.2006

Esta casa de fin de semana cerca a París, diseñada por Le Corbusier en 1928 y antecedida solo por la Bauhaus, es una de las obras mas influyentes de la arquitectura del siglo XX. Con ella se termina el ciclo de sus “villas blancas” y allí están, juntos, los cinco puntos de su nueva arquitectura (el edificio sobre pilotes; la cubierta jardín; la planta libre; las ventanas corridas y las fachadas independientes de la estructura) además del blanco y la planta casi cuadrada. Los concebía como contrarios a lo tradicional, y posibles por el hormigón armado. Construida de 1928 a 1931 pronto hubo que reparar la impermeabilización y la calefacción, y la guerra la dejó muy deteriorada. En 1958 fue expropiada por la ciudad de Poissy, que la cedió al Estado en 1962 después de casi demolerla para construir un instituto, lo que impidieron los arquitectos franceses. Fue restaurada entre 1963 y 1992, y declarada Monumento Histórico. En 1997 le restituyeron los colores originales (no era toda blanca)

Negocios. 23.03.2006

En Colombia hoy casi todo es un negocio; y así ha sido casi siempre en casi todas partes. Lo malo es cuando son solo objeto o materia de una ocupación lucrativa o de interés, especialmente cuando lo son con el dinero de los contribuyentes y peor cuando terminan o, mejor, comienzan, como negociados. Desde las guerrillas subversivas que claudicaron ante el negocio ilícito y escandaloso de la extorsión y el secuestro y hacerse gratis a la tierra, hasta las autodefensas que terminaron en lo mismo después de haber surgido por la insuficiencia e ineficiencia del ejercito, cuya compra de mas armamento y suministros siempre ha sido también un negocio. Y si los tres subsisten (bastaría con un pequeño ejercito profesional) es porque la inútil prohibición del ancestral consumo de drogas, que continua aumentando en los países consumidores, lo convirtió en un gran negocio, y eso que aquí únicamente llega una pequeña parte de sus enormes ganancias. Y la delincuencia común no es mas que un negocio

Sindéresis. 16.03.2006

Es evidente nuestra incapacidad natural para juzgar rectamente, y nuestra inveterada indiscreción. Es el caso de la polémica alrededor de Villa Adelaida en Bogotá. Unos dejan de lado que si bien es una de las últimas casa quintas sobre la Carrera Séptima que sobreviven, y hoy patrimonio de la ciudad, su realidad es que ahora está rodeada de edificios. Pero los otros no se dan cuenta de que los ocho pisos que piensan hacer atrás como para “compensar” su conservación, con el sorprendente aval del Ministerio de Cultura, son demasiados para la escala de la casa. Es el otro extremo del conservacionismo fundamentalista de los que exigen que no se toque el patrimonio construido como si existiera solo en su pasado idealizado y no materialmente en un presente que casi siempre le es adverso, mas por ignorancia e insensibilidad que otra cosa.             Para “salvar” el patrimonio construido hay que hacerlo rentable pero sin matar la gallina de los huevos de oro. Es un problema cultural y no

Corpus et spiritus. 09.03.2006

El confort no se consideró directamente en la gran arquitectura premoderna, que, como termino diciendo el niño terrible de la arquitectura norteamericana, Philip Johnson, quien murió en su ley el año pasado, es “el arte de cómo desperdiciar el espacio”. El Gran Templo de Amón en Karnak, por ejemplo, o Santa Sofía, Notre Dame o San Pedro, pero tambien el Escorial o Versalles, incluso nuestro Capitolio, que sin duda que son el gran arte de “desperdiciar” bellamente el espacio en honor a dioses y poderosos. Pero con la arquitectura moderna, la funcionalidad se volvió un objetivo de primer orden.             De ahí el ruidoso fracaso de Rem Koolhaas en la Casa de la Música de Porto, engañoso edificio que nada tiene que ver con esa bellísima ciudad que se inclina emocionada hacia el agua, igual que Coimbra y Lisboa y como Estambul. En él no solo se desperdicia por completo buena parte de su espacio construido, pues no se puede ni siquiera ver, sino que sus escaleras y salidas nada funci

¿Alcaldes populares?. 02.03.2006

Con la muy afortunada excepción de Bogotá y en menor medida de Medellín (ahora), e incluso Bucaramanga (inicialmente), en Colombia la elección de los alcaldes directamente por los ciudadanos ha sido un fiasco. Para comenzar, no se los puede reelegir inmediatamente por lo que se elimina en buena parte su razón de ser: un administrador de la ciudad que los ciudadanos mantienen en su puesto en la medida en que su desempeño es eficiente. En segundo lugar su periodo único es muy corto si el elegido resulta bueno y peligrosamente largo si no lo es. No es sino ver el caso de Cali. La no reelección inmediata de alcaldes no pasa en este país de ser un perverso e hipócrita acuerdo tácito de los politiqueros para robar por turnos.             Desde luego no se trata de regresar atrás, cuando los alcaldes eran nombrados por los gobernadores; simplemente dividiríamos el problema en un numero mucho menor de candidatos (lo que no estaría mal). Pero sí es urgente que se adopten algunos cambios com