Ortega y Gasset recuerda como griegos y romanos "decidieron" separarse del campo limitando un trozo "mediante unos muros que opongan el espacio incluso y finito al espacio amorfo y sin fin". Un pedazo de espaldas al resto, que prescinde del resto y se opone a él. Un espacio sui generis, novísimo, en que el hombre crea un ámbito aparte puramente humano: el espacio civil (La rebelión de las masas ). En el Nuevo Mundo el Imperio Español reglamentó estos espacios después de que espontáneamente se trazaron cerca de 300 ciudades a lo largo del continente a principios del XVI: "La Plaza Mayor donde se ha de comenzar la población, siendo de costa de mar, se debe hacer en el desembarcadero del puerto, y si fuere lugar mediterráneo en medio de la población: su forma en cuadro prolongado, que por lo menos tenga de largo una vez y media de su ancho, porque sea más a propósito para las fiestas de a caballo y otras: su grandeza proporcionada al número de vecinos, y te...