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Mostrando las entradas etiquetadas como Obras Públicas

Cali, ciudad y monumentos. 24.06.2020

La palabra monumento viene del latín ‘monumentum’ que quiere decir recuerdo, erección conmemorativa, ofrenda votiva, y son aquellas obras públicas que casi siempre se transforman en hitos urbanos que les dan carácter a las ciudades o incluso llegan a ser su símbolo, y en últimas ayudan a orientarse en ellas; sobran los ejemplos: París y su Torre Eiffel, Nueva York y la Estatua de la libertad, y el obelisco del Monumento a Washington, Ciudad de México y El Ángel de la Independencia, Bogotá y Monserrate, cerro y templo. Como lo define el Diccionario de la Lengua Española -DLE-, se trata de obras en memoria de alguien o de algo, que poseen valor histórico y artístico, y con suficiente valor para los que lo erigen. Por eso juzgar los monumentos sólo a partir de motivaciones actuales es un despropósito, como lo es derribar los monumentos existentes a Cristóbal Colón por parte de muchos que ni siquiera existirían si él no hubiera descubierto un nuevo continente, o como lo sería ahora cambiar...

Orden. 04.03.2020

En realidad Cali no tiene, afortunadamente, sino un solo problema: su desorden, principiando por el cultural (arte, ciencia, educación, civismo, calidad de vida) que involucra lo urbano (espacio urbano, edificios, movilidad, equipamiento, servicios), lo económico (obras públicas, erario, impuestos, informalidad, corrupción), lo social (vivienda, salud, trabajo, recreación y deporte) y lo político (participación electoral, gobernanza, control, policía, justicia). Y desde luego hay que poner orden en el territorio oficializando el área metropolitana de la ciudad, y sus localidades (ciudades dentro de la ciudad) unidas por el nuevo eje urbano y regional, ya propuesto, con el tren de cercanías al medio. O sea que en verdad son mínimo cinco grandes problemas cada uno con cinco ítems, de los que en la actualidad se deberían ocupar nueve Departamentos y quince Secretarías, en lugar de solo cinco departamentos cada uno con cinco secretarías, lo que facilitaría un gobierno más ordenado de...

Aún es tiempo. 26.02.2020

Como ya se sabe pero poco importa, hace décadas que las obras públicas en Cali no se acaban a tiempo ni cuestan lo que se dijo, y además siempre tienen errores de concepción, diseño o construcción, y muchas los tres juntos. Como ahora con la recuperación del Parque del Acueducto; ninguno grave pero si muchos, afortunadamente pequeños y fáciles de corregir, aunque inevitablemente alargarán las obras y estas costarán más, pero habría que aprovechar que esta ciudad ya está acostumbrada a eso y aún es tiempo de hacerlo, ya que no es precisamente una obra urgente como sí lo es el tren de cercanías a lo largo del nuevo eje urbano y regional que ha sido ya propuesto y se puede consultar en Caliescribe.com. Para comenzar, el diseño original de dicho parque, si es que se puede llamar así a esta bella área verde, la más bella de Cali, es algo caótico e improvisado, y el nuevo no buscó remediar sus errores ni resolver las nuevas demandas, y sin mayor criterio agregó, y mal, algunas cosas nuevas...

Valorar la valorización. 10.01.2019

Hacer obras públicas por valorización es sin duda pertinente pero lo que no siempre es acertado es cómo se define qué se valoriza y a quienes se beneficia. Y por supuesto habría que incluir otro equipamiento urbano, como parques, escuelas o puestos de policía. En pocas palabras lo sensato es que todas las obras públicas a realizar en la ciudad deberían, al menos en parte, ser realizadas por valorización. El asunto es, pues, a quiénes se cobra el impuesto y cuánto se les cobra, y sobre todo no cobrarlo antes para no hacer nada después; es decir, toda una estafa, como sucedió en Cali con las ridículamente llamadas “megaobras”, varias sin comenzar y ninguna concluida.   Hacer andenes beneficia a los peatones, que son todos los habitantes de la ciudad, incluyendo alcaldes y concejales, considerando que muchos caminan por las calles para acceder al transporte público o simplemente para llegar a donde van, y que los que no caminan por la ciudad se animarían a hacer lo que justamente ...

Vaya, vea y vote. 01.11.2018

  Hasta cuándo en Cali sus alcaldes entregarán el diseño de las obras públicas a dedo, obedeciendo a intereses electorales o comerciales o a la moda. Además a arquitectos o firmas de afuera de la región o, aún peor, del país, que no conocen la ciudad ni sus circunstancias ni sus gentes, y como si aquí no hubiera profesionales idóneos para llevarlos a cabo, o que por lo menos en sus equipos de trabajo siempre los hubiera obligatoriamente.   Cuándo los ciudadanos entenderán que el nuevo equipamiento y espacio urbano de la ciudad es para su mejor calidad de vida y no para el beneficio económico o politiquero de los que solo hacen negocios en ella o con ella marcados por alguna forma de corrupción.   Como esos bienvenidos concursos pero que lamentablemente son improvisados, y en los que no se piensan todas las circunstancias para establecer sus bases, las que tampoco son consideradas por sus jurados. Además estos se cambian totalmente cada vez y en ellos que no prima el c...

El culto al carro. 18.06.2015

El problema de la movilidad ( cualidad de movible) de los caleños, que no de la ciudad, como se ha venido diciendo equivocadamente pues estas, en tanto artefactos, sólo se mueven con los temblores, es que los carros se volvieron una necesidad después de haber sido un lujo hace un siglo ( André Gorz: La ideología social del automóvil , 1973). Y como dice Yubal Noah Harari “los lujos tienden a convertirse en necesidades y a generar nuevas obligaciones” ( De animales a dioses, 2014, p.106). Para peor de males se piensa que el tránsito ( pasar de un punto a otro por vías públicas) es solo un problema de los vehículos (medio de transporte de personas o cosas) y que estos son sólo los automóviles (que se mueven por sí mismos) y no también las bicicletas. Y cuando se habla de automóviles no se piensa también en motocicletas, taxis, buses y buses articulados, confundiendo además el transporte colectivo con el masivo, el que sólo pueden brindar trenes o buses biarticulados. Finalmente, ...

El Robado. 08.11.2012

          La contundente denuncia de Salomón Kalmanovitz sobre el nuevo terminal del aeropuerto de Bogotá (El Espectador, 29/10/2012), confirma lo ya dicho aquí y por varios otros columnistas (ver www.TorredeBabel), y eso que no menciona el despropósito de demoler sin ninguna necesidad el edificio principal del terminal anterior, aparte del negocio que hay de por medio, pues se podría reutilizar para diferentes usos. Además, la verdad es que el nuevo edificio simplemente replica aquí esa arquitectura espectáculo como la de esos 22 nuevos terminales en España que son buena parte de las grandes obras públicas del gran despilfarro que se ha vivido en Europa y Estados Unidos en los últimos años, donde miles de edificios sin calidad acabaron con su economía, como lo ha señalado Paul Goldberger   (A. Zabalbeascoa, El País, Madrid 2012) .             Según Kalmanovitz a costado $1.8 bi...

¿Y ahora? 27.01.2011

           Como era de esperar, se encontraron partes del viejo Puente Ortiz, cubierto cuando se rellenó la ribera del río para hacer la Avenida Colombia. Infortunadamente no es un quinto arco, como se pensaba con el deseo, pues dos carriles subterráneos podrían fácilmente haberlo atravesarlo. En cambio, son los muros de aproximación, lo que dificulta que hacer con ellos ahora. Aparentemente la solución mas sensata es sacarlos y ponerlos al lado en el mismo eje del puente. Pero por supuesto primero hay que terminar de ver lo que hay, que es mucho mas que unos “ladrillos viejos” y estudiarlo, lo que está haciendo el INCIVA, y después hacer un diseño, el que deberá aprobar la Dirección de Patrimonio del Ministerio de Cultura, previo concepto del Consejo Departamental de Patrimonio Cultural.             Al contrarío de lo que creen algunos, los hechos pasan pero su escenario no. Ciudades y edificios se ...

Historia urbana. 25.11.2010

          El conocimiento del pasado y no apenas el recuerdo de la propia vida distingue al hombre de los animales, pero la historia corre el peligro de que no sea cierta, como advertía Tolstói y lo podemos comprobar con lo del M 19 y el Palacio de Justicia, por ejemplo. A fortunadamente la historia de la ciudad y sus edificios, en tanto que artefactos, se hace enfrente de ellos mismos ( G. C. Argan, La Historia del Arte como Historia de la Ciudad , 1983). Es posible analizar su presente, y no apenas su pasado, para pensar mejor su futuro. No descartar, por ejemplo, lo que en Cali dejamos de su valioso patrimonio construido, como algo puramente nostálgico o “histórico” que se “atraviesa” a una modernidad que es apenas su imagen. No entender su fundamental papel actual nos ha llevado a destruir edificios en lugar de construir ciudad, en un proceso inverso al que las originó, y de ahí que paradójicamente, aunque mas extensa y poblada, lo seamos cada vez menos....

Ciudad y belleza. 08.04.2010

La Tour Eiffel, símbolo de la Exposición Universal de 1889 en París, de los ingenieros Maurice Koechlin y Émile Nouguier , no hubiera tenido mas gracia que sus  famosos 300 metros (después se añadió una antena de 25) , sin el arquitecto Stephen Sauvestre quien también trabajaba para Eiffel. No solo rediseñó la silueta de los   cuatro soportes que se juntan para alcanzar el cielo, sino que les puso pesadas bases de mampostería y grandes arcos , no estructurales, que además de ser un contrapunto a sus elegantes curvas, aluden a los arcos de triunfo que en Occidente han acompañado los monumentos desde Roma. Belleza clásica que la salvó de su desmantelamiento previsto y la convirtió en símbolo de París pese a la oposición inicial  de artistas e intelectuales. Q ue diferencia con el amasijo de “tirabuzones” de acero rojo que los ingleses van a construir para presidir los Juegos Olímpicos de 2012. Diferencia que no ven los que quieren acabar con la imagen de El Dorado...

21 “peros”. 23.07.2009

Como ya se ha dicho, pero es necesario repetir, la gran mayoría de las  21 “mega obras” son solo para los carros. Pero además son proyectos puntuales que no obedecen a un plan general de movilización para la ciudad, que incluya tanto el trafico de vehículos y peatones, como el transporte público y los usos del suelo. Y la llamada Autopista del Bicentenario, que debería ser su eje principal, no es parte de ninguna de ellas. Pero lo mas grave, como se dijo aquí hace unos días, es que no exista un plan integral para el corredor férreo que, con el (abandonado) centro de la ciudad, debería ser el punto de partida.           No se contempla la semaforización, coordinada electrónicamente, de las calles, como en las grandes ciudades del mundo, con tiempos diferentes para vehículos y peatones, sino únicamente cruces a dos niveles, mas propios de autopistas que de avenidas, y con “orejas” improvisadas o a medias. Y la arquitectura de la ciudad ...

Si y no. 09.07.2009

           Para  poder estar seriamente a favor o en contra de las grandes obras públicas hay que analizar primero sus objetivos y circunstancias y, a partir de ellos, las determinantes de cada proyecto. Una cosa, por ejemplo, es aprovechar el corredor férreo para pasar por ahí una autopista pero otra muy distinta es hacer un plan integral para el mismo. La Cali de hoy, a diferencia de la del poeta Eduardo Carranza, ya no está atravesada solo por un rió sino también por ese ancho, recto y plano espacio público, único en el mundo. Protrans lo había destinado a ser el eje principal Norte-Sur del transporte metropolitano, de Yumbo a Jamundí, con el ferrocarril, el tren ligero y un importante par vial, y se construyeron varios costosos puentes en función del mismo. Retomar esa idea con la llamada ahora Autopista del Bicentenario es acertado, pero sólo en la medida en que no se comprometa el ferrocarril ni el tren de cercanías, y que se conserve el par via...

Reelecciones. 04.06.2009

Los presidentes o jefes de gobierno de las democracias avanzadas son reelegidos, incluso indefinidamente, como en el Reino Unido, y sobre todo lo son los alcaldes de muchas ciudades. N o permitirlo solo le conviene a los politiqueros para turnarse en el negocio del poder, aprovechando el temor de los ciudadanos a que repitan los malos. Pero es mejor un alcalde que se haga reelegir que uno malo detrás de otro, pues tendría mas tiempo para continuar algo bueno ya iniciado. Y si es muy malo, como Moreno en Bogotá, difícilmente lo sería. Como dice Karl Popper (La sociedad abierta y sus enemigos, 1982) y se recordaba en esta columna hace unos años, la democracia no sirve para elegir buenos gobernantes sino para quitar los malos sin violencia. Es evidente que en solo cuatro años es difícil que un alcalde nuevo, necesariamente sin experiencia previa en el cargo, y carente cultura arquitectónica y conocimientos de urbanismo, como suele pasar últimamente entre los nuestros, pueda hacer algo ...