Es extraño que no se entienda que para arreglar este país es preciso arreglar las ciudades y no apenas el campo. Que en ellas muere mas gente por accidentes de tránsito y la delincuencia común, que por la guerra contra los grupos subversivos o paramilitares dedicados ahora al narcotráfico en campos y selvas. Que aceptemos la guerra impuesta por Estados Unidos contra la producción de drogas mientras allá legalizan o toleran cada vez mas su uso. Que para arreglar las ciudades se necesite un plan a largo plazo, y que tiene que ser integral sobre el uso del suelo y la movilidad y servicios públicos. Que no se vea que el verdadero desarrollo de las ciudades no puede ser únicamente un negocio de terratenientes urbanos y promotores inmobiliarios, que hacen cambiar o esquivan los planes existentes, llenos de imprecisiones y ambigüedades interpretables y por lo tanto abiertos a la corrupción. ...