Después de muchos meses cerrada, sin que nos hubiera importado mucho, la calzada al sur de la Circunvalación finalmente está abierta. La última vez al menos no aseguraron de nuevo que iba a ser dada al servicio para la feria, lo que por primera vez si aconteció. Ya estuvo antes interrumpida varias veces, en cada invierno, mas nunca tanto. Como se advirtió en esta columna hace mas de seis años (La montaña rusa, 27/09/2001), cuando aun era tiempo de terminar lo que no se hizo con el afán de su inauguración, no solo no estuvo bien planificada sino que su diseño no es bueno, su trazado final peligroso, su construcción chapucera, su mantenimiento es a posteriori y de a poquitos, como se suele hacer aquí, y sus nuevos “policías acostados” simplemente son estúpidos. Con tantos “regulares” no puede evitar ser definitivamente mala. Desde luego los derrumbes eran previsibles pero, claro, la culpa se le echamos sistemáticamente a la lluvia, como si no lloviera aquí desde antes de que se funda...