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Mostrando entradas de diciembre, 2005

Postes. 29.12.2005

       Postes de la energía (de toda clase de tamaños, formas y materiales), para no hablar de las muchas pero inevitables torres de las líneas de alta tensión, que parecen como racimos de postes y muchas veces lo son. Postes de los teléfonos (de toda clase de formas, tamaños y materiales), postes del alumbrado público (uno para cada luminaria y de toda clase de tamaños, materiales y formas), postes que sostienen transformadores (de toda clase de materiales, formas y tamaños), postes de los semáforos (de un solo material y tamaño ¡aleluya!), postecitos de las señales de transito al lado de los postes de los semáforos, repetidas hasta la nausea, con su respectivo postecito, por aquello de hacer infinitos contraticos para poder aplicar el CVY de ha poquitos. Gordos muñones de postes para proteger otros postes (de toda clase de tamaños, materiales y ¿formas?), postes mas o menos inclinados para sostener otros postes (de tamaños, formas y materiales iguales o no a los de los que sostiene

¿Hasta cuando? II. 22.12.2005

Es pasmosa la resistencia de los caleños a reconocer la realidad. No en vano escogimos un alcalde que ni siquiera la pudiera ver. Y ahora que comenzamos a abrir los ojos, queremos que renuncie sin tener un programa ni un candidato. En el fondo lo que deseamos es que en Bogotá se decida su sucesor, lo que tendría alguna lógica pues fue en la capital, de un día para otro y a cambio de la ayuda de la Nación (como si nosotros no pagáramos impuestos), que se decidió cambiar el tren ligero y la ruta del corredor férreo por los buses articulados y unas vías en las que, como se repite en esta columna inútilmente hace mas de tres años, no caben bien. Ya se quebraron los primeros negocios, se empeoró el trafico, se daño la primera infraestructura, demolieron el primer puente, cayó el primer saman y ya quedaron atravesadas las primeras de las muchas “muelas” que impedirán que el sistema funcione a tiempo o lo haga satisfactoriamente. Y la Circunvalar que sigue derrumbándose. Esta realidad era p

Somos demasiados. 15.12.2005

Muy buenas y oportunas las columnas recientes de María Elvira Samper (Cambio) y Clara Sawadski (El País) sobre los niños no deseados. Pero no es solo la pésima vida que le espera a la gran mayoría de ellos, sino también la sobre población del planeta que está llevando a la rápida destrucción irreversible de sus recursos, flora, fauna y paisajes, la que, de seguir así, comprometerá un mejor futuro para todos, y hasta a la especie misma. Ya somos mas de seis mil millones, la mitad viviendo en ciudades con el gravísimo inconveniente de que su crecimiento masivo y acelerado, como es el caso de Cali, acaba con muchas de ellas. Basta ver a nuestro alrededor y recordar como era hasta hace poco: segura, amable, limpia, ordenada, silenciosa, caminable y bonita. Y era de los caleños, nacidos aquí o no, y no de los recién llegados, no por su condición de desplazados o emigrantes, sino por su comprensible ausencia de identidad con la ciudad y, en la mayoría de los casos, por su total carencia

Beauty is truth, truth is beauty. 08.12.2005

Así lo escribió el gran poeta romántico ingles John Keats, y Anatol France fue más allá: la belleza es aun más profunda que la verdad. Para Joseph Brodsky   "sobrevive a todo y […] genera la verdad sencillamente porque es una fusión de lo mental y lo sensual." (Marca de Agua; 1993). Roger Penrose, refiriéndose a las matemáticas y la física teórica, afirma que "una idea bella tiene mucha mayor probabilidad de ser correcta que una idea falsa" (La nueva mente del emperador, 1989). En Colombia lo feo casi siempre lo es por falso. No es sino ver la mentira de buena parte de su arquitectura y urbanismo. Policromías y formas pretendidamente posmo­dernas cubrieron las ciudades colombianas, y ahora simplemente se copian sin lograr los gestos de las estrellas internacionales que solo se ven en las (malas) revistas de arquitectura. Cali se llenó a la fuerza de fuentes de mal gusto pues sus figuras son falsamente aborígenes, o mestizas, o griegas, o falsamente hombres o muj

El ejemplo de Porto. 01.12.2005

En el reciente homenaje al arquitecto Fernando Távora en la secular y bella Universidad de Coimbra, poco después de su muerte, Alexandre Alves Costa hablaba con emoción de su capacidad única para distinguir lo esencial de lo superfluo o circunstancial. Recordar el pasado es un acto intelectual necesario para construir el futuro, decía Távora, y es evidente en su trabajo y en las obras maestras de su discípulo y amigo Álvaro Siza Vieira, como sus piscinas de Leça da Palmeira, en Matosinhos (1961-66), el Pabellón de Portugal en la Expo’98, en Lisboa (1995-97) o la Escuela Superior de Educación, en Setúbal (1986) de la que Sérgio Fernandez dice con acierto y admiración que evoca lo griego. Al fin y al cabo Siza confiesa que vive entre muchos lugares y épocas.             Távora comenzó a reconsiderar el Movimiento Moderno a partir de su pequeño pabellón de tenis en el parque de las quintas de la Conceiçâo y de Santiago en Matosinhos (1957), como lo hicieron por esa época reconocidos a