Hasta cuándo en Cali sus alcaldes entregarán el diseño de las obras públicas a dedo, obedeciendo a intereses electorales o comerciales o a la moda. Además a arquitectos o firmas de afuera de la región o, aún peor, del país, que no conocen la ciudad ni sus circunstancias ni sus gentes, y como si aquí no hubiera profesionales idóneos para llevarlos a cabo, o que por lo menos en sus equipos de trabajo siempre los hubiera obligatoriamente. Cuándo los ciudadanos entenderán que el nuevo equipamiento y espacio urbano de la ciudad es para su mejor calidad de vida y no para el beneficio económico o politiquero de los que solo hacen negocios en ella o con ella marcados por alguna forma de corrupción. Como esos bienvenidos concursos pero que lamentablemente son improvisados, y en los que no se piensan todas las circunstancias para establecer sus bases, las que tampoco son consideradas por sus jurados. Además estos se cambian totalmente cada vez y en ellos que no prima el c...