Tan era imposible pasar bien el Mio por la Calle 13 que en su momento pensaron enterrarlo debajo. Pero era tan costoso, y a cielo abierto, como lo propusieron, tan inconveniente para la continuidad urbana del Centro, y tubo tanta oposición, que se descarto la idea. Pero finalmente fue la pata la que se metió toda en la 13. Todo por no usar la Calle 15 para los dos sentidos, como proponía el Plan del Centro Global que hicieron hace unos años las universidades del Valle y San Buenaventura y la SCA, bajo la coordinación de la Sociedad de Mejoras Públicas. Terquedad que nos costará un ojo de la cara no solo por las previsibles demandas de los propietarios, comerciantes y vecinos directamente afectados, sino por que comprometerá el buen funcionamiento del Mio, y sobre todo porque poco a poco deteriorará aun mas esa parte del Centro y con el Cali toda. Es el sino de una ciudad manejada con el prurito de cambiarle la cara, especialmente a partir de los Juegos Panamericanos, pero ahora c...