Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de julio, 2012

El “trancón”. 26.07.2012

Los incautos que aun compran viviendas al sur de Cali, además de la deplorable arquitectura que adquieren tienen la “ñapa” de un "trancón" creciente. Allí cada vez hay   mas carros (y ventas de carros), cuya proliferación se aplaude como si fuera buena. Mientras en otras ciudades se restringe su circulación, cobrándola, aquí el “pico y placa” solo ha generado un ”tercer” carro en las familias por lo que siguen circulando la misma cantidad que antes o incluso mas. Los que pensaron que iban a quedar mas cerca de los colegios, Unicentro y el Campestre, ahora están a una hora de “trancón”, el que en las horas pico es agravado por la obras, los accidentes, la pésima señalización y que la gente no sabe manejar, en el que ni siquiera las ambulancias o bomberos pueden avanzar, generando un serio problema de seguridad.           Por supuesto no tiene sentido pasar varias horas a la semana en medio de un “trancón”. Los que puedan huir del sur lo harán, pues no hay una solución pron

Cultura urbana. 19.07.2012

          Ya lo observó Leon Battista Alberti: “nada protege tanto a una obra de la violencia de los hombres como la nobleza y la gracia de sus formas” (Hanno-Walter Kruft, 1985, p. 57). ¿Será que las formas de los edificios que se demolieron en Cali con motivo de los VII Juegos Panamericanos, en 1971, no tenían gracia? Evidentemente no la tuvieron en una ciudad en la que por esa época se había construido buena parte de la mejor arquitectura moderna de Colombia, al punto de que varias de sus casas de esos años se reconocen como las mejores del país.           Y con el publicitado ejemplo de Brasilia la meta aquí era construir una “ciudad moderna”, y entre tanto “borrar” la vieja. Cayeron el Palacio de San Francisco, el Cuartel del Batallón Pichincha y el Hotel Alférez Real, para nombrar los mas destacados, y el Edificio Otero se salvó a última hora. Pero la verdad es que la mayoría de lo que se demolió fueron “casas viejas” cuya “gracia” no se supo ver, y que es evidente que distab

Cultura e infidelidad. 12.07.2012

          Sin duda es pertinente, interesante, divertido y, sobre todo, bello, el ensayo sobre la fidelidad que leyó Fernando Cruz Kronfly en la presentación, en días pasados, en la Biblioteca Departamental, de su nueva novela La vida secreta de los perros infieles . En conclusión, la fidelidad es cultural mientras la infidelidad es biológica y una salida urbana a la poligamia “primitiva”. Así como las ciudades son producto de la cultura, y lo dejó en claro Lewis Mumford ( La cultura de las ciudades , 1938), el comportamiento de sus habitantes no lo es cuando son inmigrantes recién llegados del campo buscando su progreso, o desplazados, que difícilmente lo encuentran, como pasa en Cali. Igual que e n China o India, cuyo contraste campo ciudad es justo el tema de El Dios de Las Pequeñas Cosas (1996 ), de la bella activista Arundhati Roy.           El hecho es que, como dice el economista Edward Glaeser: “Para prosperar, una ciudad tiene que atraer a personas inteligentes y permiti

Atropellos. 04.07.2012

A pocos les importa los constantes atropellos contra el espacio urbano público de Cali. Ni que su inseguridad, incomodidad y feúra sean debidas en primer lugar a su “privatización”. Desde entidades oficiales y privadas, de las que se esperaría el buen ejemplo, hasta simples particulares, se sienten con el “derecho” a ocupar andenes y antejardines, alterándolos sin permiso, para sus “Parqueaderos Privados” y con “Seguridad Privada” para imponer sus “Normas Privadas” e incluso amenazan con la Policía; es decir, los pájaros tirándole a las escopetas.             No solo es un peligroso atropello contra los peatones, que se ven obligados a circular por las calzadas, pero que al parecer poco les incomoda, pues no protestan, sino que afea sin remedio los edificios y calles de la ciudad, lo que lamentablemente poco importa aquí y es muy diciente de la carencia de cultura urbana de los caleños, incluyendo los Alcaldes “menos malos” e incluso ciegos del todo que ha soportado la ciudad en la