Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de diciembre, 1998

La calle del arte. 30.12.1998

Como lo han afirmado algunos vecinos de San Antonio, este evento no tiene tradición en el barrio. Pero también es cierto que todas las tradiciones comienzan algún día. Por eso no tiene sentido prohibirlo ni tampoco hacerlo a la brava. Toca, pues, comenzar de nuevo proponiéndole a la comunidad un evento que no beneficie a unos en detrimento de la tranquilidad de otros. Algo que si bien interese directamente a algunos económicamente, también beneficie indirectamente a una amplia mayoría, por su aspecto lúdico, pero que, sobre todo, no perjudique a nadie.           Lo más complicado es resolver el problema del estacionamiento de visitantes y compradores. Es inadmisible que se impida el acceso a los garajes de la zona, aun cuando sea por una sola tarde al año, sin contar con el consentimiento de sus usuarios. Tiene que ser un evento eminentemente peatonal. Y muy organizado. Tiene que ser también limpio: aun quedan los restos de las exageradas líneas y números de los "puestos"

El punto y la coma. 16.12.1998

Es tan pequeña la vírgula de la coma en la tipografía moderna que, evidentemente, lo que permite diferenciarla del punto es que la coma está seguida de una minúscula, en tanto que el punto lo está de una mayúscula. Es decir, que se podría eliminar la coma. No la puntuación, sino simplificar su símbolo. Sería como el punto y aparte, que se sabe que es aparte pues ¡no esta seguido de nada!   Eliminar una tecla en millones de teclados significaría un ahorro considerable de energía en su producción y uso. Vale la pena, y se hará en algún tiempo. Como sucedió con el sistema decimal, en el que el valor de un número depende de su posición a la izquierda o derecha del punto (o la coma, opción inútil en este caso, que de paso se eliminaría) que reemplazó, junto con los mas sencillos números arábicos, al engorroso sistema de numeración y números romanos, haciendo posible el desarrollo de las matemáticas por los Árabes que, precisamente, inventaron -o descubrieron- el algebra. Igual pasó en la

La BAQ/98. 02.12.1998

La semana antepasada finalizó la undécima Bienal de Arquitectura de Quito bajo la presidencia nuevamente del arquitecto Luis Oleas Castillo, su creador hace veinte años. Con la coordinación de la arquitecta Aura Esther Arrellano, no pocos profesionales del Colegio de Arquitectos del Ecuador, Provincial de Pichincha, hicieron posibles cerca de treinta conferencias de arquitectos de toda América, buena parte de Europa, y Corea, seis concursos, la gran muestra panamericana de arquitectura (más de 140 proyectos) y muchas otras exposiciones adicionales, amen de dos visitas guiadas por la ciudad y tres cálidas fiestas, una de ellas, significativamente, en el maravilloso claustro de La Merced. Aparte de la presencia de estrellas internacionales, como Mario Botta, en la que primo el culto a la personalidad, fue posible tratar y ver el trabajo de magníficos arquitectos latinoamericanos, prácticamente desconocidos fuera de sus países, como Jesús Tenreiro de Venezuela y Joao Filgueiras Lima (Le