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Mostrando entradas de julio, 2020

Leyendo ‘El Quijote’. 30.07.2020

Salvo cortas menciones de castillos y palacios imaginados, o de puertas y ventanas enrejadas de algunas ventas, el tema de la arquitectura no existe en el libro, pero en su segunda parte hay algunas conclusiones que aplican a la arquitectura: “La abundancia de las cosas, aunque sean buenas, hace que no se estimen” (P. II, Prólogo, Aguilar, 1957, p. 980); “no hay libro tan malo […] que no tenga algo bueno” (P. II, C. III, p. 1014); “la mejor salsa del mundo es la hambre; y como ésta no falta a los pobres, siempre comen con gusto” (P. II, C. V, p. 1030); “sé lo que es valentía, que es una virtud que está puesta entre dos extremos viciosos, como son la cobardía y la temeridad” (P. II, C. XVII, p. 1168 ). La abundancia en un edificio de componentes constructivos siempre iguales, o de algunos de sus elementos y partes, es decir la repetición idéntica de algo, elimina las sorpresas al mirarlo y desde luego en su recorrido y pronto lleva al aburrimiento; como sucede con tantos insípidos rasca

Paradojas. 22.07.2020

Es muy ilustrativo comparar algunos comentarios a la columna ‘Estar en casa’ (El País, Cali, 16/07/2020). El señor Diego Tobar escribe: “Qué hermoso texto, pero no debería publicarlo en un periódico quizá tan común para la elegancia y suntuosidad de su preciado domicilio. Sugiero que podría quedarse en un álbum familiar pues de lo contrario es una afrenta contra una dura y cruel realidad que millones de personas que no figuran en ese muy reducido ‘cielo’ del cual hace usted mención. Se advierte obviamente, que usted no se entera del infierno de ellos”. Y el señor Alberto Furman señala que: “Digamos que el 70% de la población de Cali vive en palomares, donde en sus escasos 60 metros cuadrados viven mínimo cuatro personas. Entonces el hacinamiento es como en una cárcel, por eso se ven las personas sentadas en los andenes que a la larga es mejor que estar en casa”. Otra lectura asas diferente es la del historiador y crítico de arquitectura Germán Téllez Castañeda quien piensa que dicha co

Estar en casa. 15.07.2020

Mientras que no se pueda salir más a las calles, plazas y parques cuando se quiera y no apenas cuando se necesite, es el momento de apreciar a fondo el poder estar en casa, placer que los que no las tienen, o que son precarias, tienen que buscar siempre afuera. Apreciar sus patios, jardines, balcones, terrazas, estaderos, estudios y los buenos baños pensados para el placer y no apenas el aseo. Patios, ojalá con agua que permita reflejos ya que, como dice Jorge Luis Borges, son “el declive por el cual se derrama el cielo en la casa” permitiendo salir a la naturaleza estando dentro de la casa; a ellos vienen los pájaros a buscar comida y en ellos se pueden tener pequeños animales que se pueden contemplar y no apenas ver, o grandes leones de piedra como en la Alhambra. Jardines, con sus hojas de variados verdes y sus flores de diversos colores son el adorno de las casas, y en los conjuntos de apartamentos pueden ser su patio común e incluir un huerto casero y un vergel. «Jardín yo soy que

¿El último milenio?. 08.07.2020

El reciente libro de Antonio Caballero, ‘Occidente conquistó el mundo… y empezó a perderlo’, es un pertinente y muy útil relato, en especial para tantos colombianos a los que hace años estúpidamente se les suprimió la clase de historia en sus colegios. Para principiar se lee de un tirón en unas pocas horas dejando planteado qué otras lecturas hay que acometer y qué debates hay que hacer al respecto. En especial sobre el papel de las religiones en el último milenio, el de Occidente, y sus conclusiones sobre los primeros 20 años del ya globalizado Siglo XXI, agregadas a la edición original del libro en 2000, y el próximo año va tener que adicionar más dedicadas a las exageraciones de 2020. Son mil años de la búsqueda del poder mediante la guerra por parte de los poderosos y taimadamente por las religiones, en la que el cristianismo domina a todos. “Porque el agitado Siglo XI marca el momento en que la Cristiandad (la palabra data de entonces) tomó conciencia de su naturaleza homogénea y

‘La mansión’. 01.07.2020

Los ‘tiempos gloriosos’ de la casa solariega de la aristocrática familia Von Dranitz en el Este de Alemania antes de la Segunda Guerra Mundial, es como Anne Jacobs subtitula a propósito su novela de 2017, pese a que se desarrolla mucho más en los que no lo fueron para nada durante la guerra y después hasta la reunificación de Alemania en 1989. Largos y diferentes tiempos que sin embargo recuerdan siempre ‘La arquitectura del poder’ (como titula Deyan Sudjic su libro de 2005 sobre este tema) comenzando por la portada de la edición en español de ‘La mansión’ que sin querer queriendo muestra un palacete como símbolo de una heredad en lugar de una gran casa señorial en el campo. Además uno de sus personajes, el joven Kacpar Woronsky, es el retrato de la apasionada relación de todo arquitecto que lo sea de verdad con su oficio/arte y sus clientes/mecenas. Hacia “planos, vistas laterales, la perspectiva delantera de un edificio ultramoderno [y] sus ideas eran originales, a veces alocadas, pe