Lo deja claro Simon Jenkins, columnista del Times de Londres: el encanto de las ciudades en el siglo XXI estará en la vida que lleguen a tener sus calles y barrios y mas precisamente en su atractivo visual, intimidad y excentricidad; no en sus monótonos o, por lo contrario, caprichosos edificios de oficinas, vivienda o servicios... o culturales. Y se pregunta porqué la arquitectura moderna, que ha logrado tantas cosas, no puede entenderse con los centros históricos. Pese a los intentos de acabar con ellas bombardeándolas o "modernizándolas" las ciudades insisten en permanecer. El centro de Cali, por ejemplo, sigue siendo su zona más alegre, divertida, animada, concurrida y hasta bonita. Y la más democrática. Pero entre nosotros todavía se sigue eliminando todo lo "viejo", de la misma manera que se elimina a los que piensan diferente, como paso hace unos meses con dos manzanas de lo que se aún se llama Zona Histórica (pare...