Lo deja claro Simon Jenkins, columnista
del Times de Londres: el encanto de las ciudades en el siglo XXI estará en la
vida que lleguen a tener sus calles y barrios y mas precisamente en su
atractivo visual, intimidad y excentricidad; no en sus monótonos o, por lo
contrario, caprichosos edificios de oficinas, vivienda o servicios... o
culturales. Y se pregunta porqué la
arquitectura moderna, que ha logrado tantas cosas, no puede entenderse con los
centros históricos.
Pese
a los intentos de acabar con ellas bombardeándolas o
"modernizándolas" las ciudades insisten en permanecer. El centro de
Cali, por ejemplo, sigue siendo su zona más alegre, divertida, animada,
concurrida y hasta bonita. Y la más democrática. Pero entre nosotros todavía se
sigue eliminando todo lo "viejo", de la misma manera que se elimina a
los que piensan diferente, como paso hace unos meses con dos manzanas de lo que
se aún se llama Zona Histórica (parece una burla) para ampliar la sede de
Comfenalco o, recientemente, con la Clínica Garcés, demolida a la carrera antes
de que pasara a ser considerada patrimonio de Cali. Por eso la construcción del
Centro Cultural de Confandi en la esquina ya destruida de la cl. 8ª con cr. 6ª
es encomiable. Fue todo un acierto trasladarlo de San Nicolás, crecerlo y
dotarlo lo mejor posible. Allí habrá biblioteca para adultos y niños,
hemeroteca, sala de música, de exposiciones, de informática, de invidentes, una
gran sala divisible de uso múltiple, auditorio, restaurante, cafetería y
estacionamiento; todo para los caleños y no solo para sus afiliados. También
contará con oficinas y mostradores de atención al público.
Este
cuantioso, decidido y estimulante esfuerzo ameritaba un importante concurso
publico para el diseño de su edificio, que enfrentaba un lote estrecho y un
programa complejo y amplio, el cual desafortunadamente deja que desear. Su
entrada no es la mejor y no se tubo la prudencia de dejar un pórtico que
ampliara el muy estrecho anden de la cr. 6ª
ni se paramento en la cl. 8ª, dejando a la vista la culata de su vecino.
Los ascensores son pequeños y oscuros y no hay uno de servicio. Los baños
públicos están a trasmano. La sala de exposiciones esta rodeada de ventanas con
vistas y una cubierta que tensiona el espacio, cosas ambas inapropiadas para su
función. El auditorio solo se comunica con el resto del edificio, especialmente
con la gran sala múltiple, pasando por la cafetería del semisótano por una
escalera incomoda. Pero lo mas criticable es su altura sobre la cr. 6ª y su
fachadas, horizontales y llenas de inútiles "detalles", tomados de la
arquitectura española actual, que lo alejan irremediablemente del contexto del
centro tradicional de la ciudad marcado aun por su traza colonial y sus
edificios moderno-historicistas de principios del siglo XX, uno de los cuales
esta justamente a su lado por la 6ª. Tampoco se tuvieron en cuenta los
aciertos, que los hubo, de la arquitectura moderna de la década de 1960 en el centro,
con sus plataformas y torres retrocedidas. Lamentablemente, además, las bonitas
vistas que tiene sobre San Antonio y la cordillera y sobre la Plaza de San
Francisco serán pronto tapadas pues la ciudad no cuenta con una reglamentación
adecuada al respecto; precisamente parte de San Antonio quedara oculta por la
nueva "torre" de Confenalco.
Simon
Jenkins, que afirma saber como votarían los concejales en Barcelona o
Ámsterdam, se preguntaba como lo harían los de Bristol, una de las mas
deterioradas ciudades de la provincia inglesa, que son las más en Europa,
cuando en días pasados tenían que disidir el futuro de un sitio de la ciudad
que, pese ha llevar muchos años sin resolver, de pronto las autoridades querían
que se aprobara rápidamente un espantoso centro de torres de apartamentos y
oficinas, cines y parqueaderos. Según informa desde Londres A. Rizo, quien se
interesa por estos asuntos, esta vez gano en Bristol la razón; o al menos la
moda: las ciudades están nuevamente de moda y con razón. ¿Será que en Cali con
la construcción del Centro Cultural de Cofandi en su centro tradicional
comienza también a ganar la moda de la razón, o que, con la ampliación de
Confenalco, seguirá imperando el atropello y la barbarie? La diferencia por
supuesto es solo urbana y arquitectónica: pero que importante es para la
ciudad.
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