Tal vez Cali necesite una gran obra pública emblemática. Por ejemplo una autopista de verdad desde el sur de Jamundí hasta el norte de Yumbo (ya propuesta pero mal concebida) a lo largo del corredor férreo y complementaria del futuro Metro, que generaría rápidamente empleos no calificados. Y con sueldo, pues se accede más fácil a la vivienda, comida, educación, recreación y salud. En una ciudad en donde hasta los que no los tienen rinden culto a los carros sería un proyecto aceptado por todos y un propósito común que fortalecería la identificación de los ciudadanos entre ellos y con su ciudad. Como habría espacio para todos los diferentes contratistas, por sus muchos frentes de trabajo, estos podrían de común acuerdo evitar la corrupción que existe ahora cuando se tienen que arrebatar las licitaciones unos a otros. La lucha contra esa lacra nacional es de la sociedad civil y no de los politiqueros pues es su razón de ser. Su financiación, mucho menor que la de un metro, como se...