Aunque Karl Marx no se interesó por la arquitectura en sí, al contrario de otros pensadores como Ludwig Wittgenstein (Carla Carmona, Wittgenstein , 2015), sus comentarios sobre el fetichismo de la mercancía (José Manuel Bermudo, Marx / del ágora al mercado , 2015) son claramente aplicables a la arquitectura actual, buena parte de ella mera mercancía, incluso para vender más mercancías, desde materiales para cualquier obra, a cualquier cosa como en cualquier supermercado, incluyendo su obsolescencia programada. Es evidente su carácter de fetiche “fantasmagórico”, “enigmático”, “misterioso”, “místico” o “ilusorio” del que habla Marx aludiendo a la mercancía (p. 119). A la mirada ingenua, superficial o ignorante del comprador, que sólo ve su valor de uso, o la del mercader, que sólo ve su valor de cambio, o la del economista, que sólo ve un mero resultad...