Muchos dicen de frente que detrás de ellos hay un negociado y la realidad es que entre nosotros con frecuencia es cierto aquello de que piensa mal y acertaras. Pero lo cierto es que el Municipio en lugar de tapar los huecos de las calles las está llenando de turupes. Nuevamente hay en la ciudad una epidemia de policías acostados y esta ves mas virulenta: una docena de ellos solo en el Callejón de la Chuchas. De nada sirvió que los que pusieron hace un año largo en El Peñón tuvieran pronto que ser retirados. No aprendimos que los reductores de velocidad no se pueden poner alegremente en cualquier parte pues hacen consumir mas combustible, con su correspondiente contaminación, causan accidentes, dañan los carros y escasamente reducen la velocidad antes y después, pues una vez superados todo el mundo trata de recuperar el tiempo perdido. El mejor remedio sería no seguir diseñando mal seudo autopistas y vías rápidas en medio de la c...