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Mejor San Antonio. 11.08.2005


Allí hay cosas únicas en Cali como algunas casas, su capilla mudéjar, el Teatro mágico del sabor de Michael Lynch o la Pastelería y Repostería de Gali Paz-Zahavi. No hay casi construcciones abandonadas o que amenacen ruina. Poco a poco se mejoran mas viviendas y cada vez con mejor criterio. Los feos e inútiles enchapes ceden el paso a fachadas sencillas y blancas. También se recuperan los viejos paramentos de las calles, como lo permite desde hace unos años la nueva reglamentación. Así, el barrio ha recuperado algo de la belleza que se registra en las fotos de Alberto Lenis de principios del siglo XX. Sin embargo, al contrario de las calles desocupadas que se ven en ellas, las de ahora son cada vez mas animadas. Pero al mismo tiempo la última feria transcurrió allí con mayor discreción y las fiestas ya no duran hasta la madrugada. Las cuadras van recuperando su “sereno” y hay mas seguridad.
             Lamentablemente quedan aun muchos propietarios individualistas que aun no han aprendido a considerar los derechos de los demás y respetar la reglamentación del barrio. No entienden que lo público prima sobre lo privado. Insisten en hacer terceros pisos prohibidos poniendo en riesgo las construcciones vecinas en caso de un temblor. Construyen torpemente en sus irremplazables patios. Eliminan sus viejos y protectores aleros. Pintan sus casas con colores chillones y ponen dudosas pilastras, en contra de las normas. Hacen ruido poniendo su música a todo volumen. Remodelan a su modo los andenes como si fueran parte de su vivienda o para acceder a garajes mal resueltos o los ocupan para vender mercancías e incluso se han apropiado totalmente de algunos, obligando a los peatones a caminar por las calzadas causando accidentes.
            El Consejo de Monumentos Nacionales se debería ocupar mas de San Antonio. Y el barrio está en mora de tener una corporación similar a la de la Candelaria en Bogotá, con mayores alcances y presupuesto que los de las organizaciones comunales actuales. Esta debería diseñar y gestionar sus obras públicas, coordinar las iniciativas privadas como las de la Cámara de Comercio, a la que hay que agradecerle que se ha ocupado de San Antonio durante años, y autorizar y controlar las construcciones particulares. Proyectos todos que se tendrían que exhibir públicamente para que los vecinos tengan suficiente tiempo para opinar sobre ellos. También es urgente que estos conozcan de primera mano la reglamentación existente para que se beneficien de ella y vigilen que se cumpla a cabalidad.
           Sería muy bueno restringir la circulación de automóviles en la Carrera sexta y unificar las demás calles a un carril ancho que permita circular al tiempo que un carro esté parado momentáneamente en la vía. Y destinar las áreas sobrantes a aumentar sus estrechos andenes, los que también habría que regularizar y diseñar como parte integral de las calles. Sería posible hasta hacer un par de plazuelas arborizadas y con bancas, que sin duda hacen falta. Hay que habilitar mas parqueaderos y utilizar mejor los ya existentes y obligar a que el reparto de mercancías se haga con vehículos pequeños. También se deberían enterrar las redes de energía y teléfonos y poner la iluminación de las calles adosada a las casas, como se hizo en la Calle de la Escopeta, lo que mejoraría considerablemente el aspecto del barrio.


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