Después de décadas de haber sido propuesta por Protrans con diseños del arquitecto Rafael Sierra, y de cuantiosas inversiones en varios puentes que el absurdo recorrido del MIO dejó sin justificación, Cali por fin va a contar con una verdadera autopista urbana por el férreo, con peajes electrónicos y por supuesto dejando espacio para el tren. Sería finalmente aceptar que el centro de su área metropolitana está a los lados de esa ancha franja casi recta y a nivel, propiedad del Estado, que la atraviesa por su mitad. Sus ventajas se han repetido en esta columna hace años pero vale la pena recordar un par de mucha actualidad. Por ahí podrán circular buses articulados sin la parafernalia de invasivas estaciones de 1.200 millones de pesos cada una (escándalo que al parecer a nadie le preocupa), pues con las ayudas electrónicas actuales se puede hacer el control directamente en los buses como en todas partes, y sin duda se convertiría e...