Con la aparición de las ciudades las mujeres dejaron de tener que estar recluidas en sus hogares vigilando el fuego, cuidando hijos, tejiendo, ocupándose de cocinar y recolectando frutos cercanos, es decir ocupándose de la vida mientras los hombre iban de caza o a la guerra, de la que si regresaban traían algún botín y nuevas mujeres. Con las ciudades las mujeres pudieron además ir a mercados, ágoras, foros, plazas y bazares recorriendo las calles, y lo hicieron cada vez mas a partir del siglo XIX cuando se dejaron ver por los nuevos paseos, alamedas y bulevares, y para ir también al teatro, la ópera y después al cine, o con la disculpa de llevar a sus hijos al parque. Pero es apenas en el siglo XX cuando comienzan a hacerlo deliberadamente pues en cuanto circulamos por las calles casi todos ineludiblemente miramos a los demás y muchos aprovechan para mostrarse, especialmente las mujeres, lo que en ciudades cono Rio de Janeiro o Bar...