En lo que seguramente estamos de acuerdo los que pensamos que la democracia es el menos malo de los sistemas, como dicen que dijo Churchill, es en que eso no puede significar que tenga que ser sistemáticamente el gobierno de los “menos malos”. De ahí que lo primero sea derrotar esa abstención que ha permitido que salgan elegidos con los pocos votos que las maquinarias electorales compran a base de promesas falsas, y de ofrecer puestos, dádivas y contratos que les garanticen recobrar su “inversión” pues no sólo el Estado les reembolsa lo “invertido”, sino que pueden obtener grandes “ganancias” cuando ganan, parte de las cuales “re invierten” de nuevo. Nos dicen que votar en blanco es botar el voto y que debemos votar por cierto candidato pero no nos convencen con sus cualidades y nos ocultan su pasado. Al tiempo se reconoce que la abstención mayoritaria ha sido una constante histórica en el país, pero dejan de ...