La arquitectura y la música son artes abstractas, y así como los sonidos naturales incluidos en la música se convierten en música sin perder su esencia, la ornamentación en los edificios y su amueblamiento son también parte de la composición arquitectónica. Fundamental como en la casa del arquitecto peruano Frederick Cooper Llosa en Lima: una larga nave de muros, suelos y cielos de cemento, con un par de talentosos espacios: la entrada alrededor de una escalera girada 45ª y un balcón triangular casi al final, todo lleno de finos muebles de estilo y bellos tapices franceses. Arquitectura y música se piensan previamente para plasmar composiciones: partituras donde están las instrucciones para interpretar cierta música, lo que casi siempre se hace después, o proyectos, los que sólo unos pocos se construyen, donde están todos los planos, detalles y especificaciones para levantar...