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Paz en los parques. 20.04.2000


Las estadísticas varían pero el hecho es que al menos la mitad de los asesinatos del país no son por cuenta de guerrillas y paramilitares. Hoy la violencia es mayor en las ciudades (cerca del 70% de los colombianos viven en ellas) y se debe a problemas intrafamiliares, la delincuencia común, la justicia privada y los magnicidios cuando no a la simple eliminación del que piensa diferente; y habría que agregar los muertos en accidentes de transito debidos a una "zoociedad" que sube los carros a los andenes y camina por las calzadas ante la indiferencia de las autoridades. Esta criminalidad urbana, a la que hay que sumar otras formas de violencia como el ruido, la mugre, la intolerancia y el irrespeto de los derechos de los otros, es alimentada por la falta de espacios urbanos adecuados y de ciudadanos urbanizados. Somos una población campesina, a la que no se le ha enseñado a habitar en ciudades, que ocupa conglomerados, a veces enormes, que no ciudades, pues la trivialización  de la arquitectura y el urbanismo modernos destruyó gran parte de las ciudades tradicionales.
         De ahí la importancia del cambio iniciado por Mockus y que Peñalosa continuó comenzando a hacer amplios andenes sin obstáculos y recuperando los parques distritales. Las ciudades son sus calles, plazas y parques. Recuperarlos es contribuir a la paz. Pero no se trata de adornarlos (con mal gusto) ni de hacer vías únicamente para vehículos en lugar de calles semaforisadas en las que se tenga en cuenta, prioritariamente, también a los peatones. Lamentablemente muchos alcaldes no se percatan de que el diseño del espacio urbano público, aparentemente tan sencillo, no lo es. En Cali las equivocaciones por falta de experiencia abundan y es imperativo aprender de ellas. No solo hay que recuperar los espacios tradicionales sino que hay que modernizarlos; formas cuyo origen es europeo (y también islámico) hay que adaptarlas a nuevos gustos y usos, y a climas tropicales y usuarios no urbanizados a los que, además, deben contribuir a educar como ciudadanos.
         Recuperar los parques implica no solo su vigilancia, aseo y mantenimiento, sino también su dotación: bancas, senderos e iluminación y en algunos casos juegos para niños y canchas múltiples. Pero sobre todo se debería buscar que sean más como plazas arborizadas (pavimento y muchos árboles de tallo recto y alto) y no solo zonas verdes (césped y algunos árboles y muchos arbustos) pues en los espacios urbanos, a diferencia de los suburbanos, lo verde viene dado la arborización y no por el césped. Sus pisos, la totalidad o solo una parte, dependiendo de su tamaño y ubicación, deben ser duros o semiduros; adoquinados o con simple macadam (arena y greda) para facilitar su uso y mantenimiento. Los árboles deben procurar sombra pero no interrumpir las visuales en todas las direcciones, y deben permitir la circulación libre hacia cualquier parte, como en una plaza. Así son casi todos los parques europeos, que fue donde se inventaron; aquí solo hay que defenderlos más del sol y de la gente.
        Ante la imposibilidad de reelegir buenos alcaldes pues no solo son muy escasos los buenos sino que no existe la menor intención de aprobar su reelección por parte de los políticos actuales, hay que buscar candidatos que quieran entender que las ciudades no solo son lo que pasa en ellas sino también la calidad espacial del artefacto mismo: el escenario de la cultura como lo llamo Lewis Mumford. Personas que no hayan tenido ninguna intención de ser alcaldes (hay que desconfiar de las que quieren serlo pero no dicen por que) para convencerlas y elegirlas mediante el voto de una abstención mayoritaria a la que hay que persuadir con hechos y ejemplos de que se puede vencer al clientelismo que ha llevado a este país a donde está. Al fin y al cabo el mayor placer que los ciudadanos pueden tener en sus ciudades es poder circular por sus calles, plazas y parques en paz; y para muchos en Colombia, el único. Precisamente para esa mayoría de los que no votan, y a los cuales desde luego hay que darles además de educación trabajo para que puedan acceder a la vivienda, la salud etc..

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