La Plazoleta del Correo, cerca al
CAM, conocida muchos años atrás
como de Avianca pues en uno de los edificios adyacentes funcionó el Correo
Aéreo, y cuyo nombre se cambio cuando fue remodelada en 1986 para los 450 años
de la fundación de Cali, consolidando su vocación de espacio público, solo
requería mantenimiento y algunas reparaciones y no un cambio total, con esa
pretensión equivocada de “cambiarle la cara a la ciudad”. Y desde luego es
incomprensible que en su nueva remodelación no se considerara la arborización
existente, de acuerdo con el Plan de Ordenamiento Territorial,
POT, que protege los árboles tradicionales de la ciudad.
Pese a
esto, el Secretario de Infraestructura y
Valorización, Omar Cantillo, sólo ha dicho que no estuvo de acuerdo pero que
los responsables de la obra determinaron la tala del samán pese a que es lo que
caracteriza a la plazoleta. “Los arquitectos explicaron
que el árbol está en el eje de peatonalización y el tema también tiene relación
con unas fisuras en el piso”, dijo. Y por su parte, Ana Carolina Castro, jefe
del grupo de arborización del DAGMA, donde se
analizó la viabilidad de su trasplante, indicó que la razón principal
del traslado es porque por ahí en el futuro pasará una vía (Diario Occidente,
10/11/2015).
Pero además
¿quiénes son esos arquitectos, de cuál vía se trata, y a cual Plan Vial
corresponde? El hecho es que
la relación entre estado, ciudadanía y arquitectos ha sido en las
últimas décadas muy mala en Cali, pues suele ser en el país entre un estado
ineficiente y corrupto, una ciudadanía que en el caso de Cali no es tal pues aun
carece de cultura urbana, debido a su muy reciente presencia en la ciudad, y
unos arquitectos que cada vez son mas, pero cada ves con menos ética y mas
estética copiada de las penúltimas modas, y cuya presencia en las ciudades cada
ves es menos apreciada como lo que debería de ser: sus diseñadores, tal como
quería Jane Jacobs (Muerte y vida de las
grandes ciudades, 1961).
Afortunadamente
las cosas comienzan a cambiar, y la polémica generada por los colectivos de ambientalistas, ciudadanos, vecinos, medios de comunicación,
entes de control como la Personería, y la comunidad en general, que se
opuso firmemente a la absurda pretensión de eliminar el Samán y pidió conservar
el árbol en su sitio original, ha concluido supuestamente en el reajuste del
nuevo diseño. Y el DAGMA, en su Página Oficial suspendió el permiso para el retiro del samán: “Aunque el traslado
del árbol iba a ser muy cerca de donde estaba ubicado, este tiene una
envergadura muy grande, por eso preferimos dejarlo en el sitio, además por la
parte ecológica y su localización” afirmó Carolina Castro.
Pero
lo mas preocupante, es que la Plazoleta del Correo fue parte de un proyecto
urbano integral, realizado por Harold Martínez y quien escribe, mediante un
convenio con la universidad del Valle, que abarcaba desde la Plaza de Caicedo,
bajando por la Calle 12, cruzando el
Puente Ortiz, y recorriendo el Paseo Bolívar, y que remataba –precisamente- en
el mencionado samán, proporcionado la unidad funcional y formal de esos
espacios urbanos tan tradicionales de la ciudad, logrando así que los caleños
continuaran identificándose con ellos. Modificar su imagen colectiva a la
espalda de los mismos, y despilfarrando el dinero de los contribuyentes, es
todo un despropósito considerando que la ciudad continua sin andenes, lo que
lamentablemente muestra su verdadera cara.
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