Ir al contenido principal

Costo/Belleza. 14.12.2022

 Casi todo lo bello que hay en el mundo está al alcance de casi todos, ya sean unas cosas u otras y para unos más que para otros, principiando por los paisajes naturales, los campos y las ciudades, en las que en casi todas hay calles, plazas, parques, construcciones y monumentos bellos. Y en las pequeñas ciudades y pueblos de antes muchas de sus casas tenían patios, corredores, solares, huertos, vergeles y bellas techumbres, independientemente de si eran de ricos o de pobres, y en los campos se podían, y aún se puede, disfrutar sus paisajes, tanto si se trata de hacendados o de vaqueros y peones, antes, o sus trabajadores actuales y esporádicamente sus propietarios, o viajeros que pasan.

Por lo contrario, a pesar de que todos los grandes arquitectos modernos y muchos de sus mejores seguidores reinterpretaron esos elementos de la arquitectura tradicional de cada lugar, la vulgarización de la arquitectura moderna por todo el mundo y el acelerado poblamiento de las ciudades, las llenó de casas repetidas a sus afueras, una junto a otra, y de altos edificios en sus zonas centrales que se tapan unos a otros y junto a los paisajes circundantes, la mayoría a base de sosos apartamentos que por muy grandes y costosos que sean no generan emociones ya que carecen de patios, balcones o terrazas, y que solo buscan estar a la moda, lo que solo emociona a los solo snobs.

Pero lo que generalmente muchos ignoran es que justamente lo qué no está al alcance de todos, pobres y ricos, es la sensibilidad educada y los conocimientos adquiridos necesarios para percibir, apreciar y valorar las diferentes emociones que produce lo bello, independientemente de su costo si es que lo tiene. La sensibilidad primero que todo tiene que ver con los sentidos, pero así como no hay más sordo que el que no quiere oír, no hay más ciego que el que no sabe ver, ni más insensible que el que no sabe tocar, o cómo hacerlo con los ojos; o que no sabe disfrutar de la mejor comida, que es la que se huele y saborea con conocimiento, charla al medio, igual que la bebida o el buen tabaco.

Y aunque si bien la sensibilidad no se puede enseñar sí se la puede estimular, junto con los conocimientos necesarios para poder apreciar lo bello que se tiene enfrente, y que de todas maneras nos afecta consciente o inconscientemente. Antes la belleza se transmitía de generación en generación consolidando una cultura en la que el gusto era algo objetivo. Pero debido a la globalización y la sobrepoblación desde mediados del Siglo XX, ahora en las ciudades es preciso educar a la gente al respecto, pues el gusto se volvió subjetivo generando muchos disgustos, como esa música de afuera cuyo volumen vuelve un molesto ruido mientras otros la disfrutan sintiéndola más que oyéndola.

Se trataría, entonces, de una educación holística y cívica que incluya simultáneamente ciencias y artes, geografías e historias, individuos y sociedades, oficios y técnicas; la que sería el verdadero costo de lo bello, tanto para pobres como para ricos. Todo un decidido cambio en la educación, lo que es indispensable para poder vivir sabroso, como lo propone Francia Márquez, la vicepresidente de Colombia, y que ojalá Alejandro Gaviria, el ministro de Educación, lo tenga en cuenta en su esperada propuesta; y que entonces más personas puedan disfrutar más de las bellezas del mundo, aunque más unas que educació, y unos unas cosas y otros otras; y paremos su destrucción.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Pasos pompeyanos. 05.02.2015

          Ya los romanos los usaban, como en Pompeya, de donde toman su nombre, para cruzar sus calles sin mancharse con la inmundicia y el barro . Pero ahora y aquí, el que se ha dicho que se hará al final del Paseo Bolívar definitivamente es un paso adelante en esta ciudad sin andenes por donde pasear y ni siquiera caminar. Decir que un semáforo allí causará trancones viales es exagerado aunque por supuesto no existirían nunca si estuviera unido con el anterior y el siguiente, generando por la Avenida 2º Norte una “ola verde”, es decir una serie de semáforos coordinados para permitir el flujo continuo del tránsito rodado sobre varias intersecciones en una misma dirección . Pero mejor seria el hundimiento de la Avenida desde el edificio Las Ceibas hasta el Conservatorio, y prolongar el puente peatonal del CAM hasta donde hoy está la Plazoleta de la caleñidad, ya propuestos por Sara María Giraldo, Heinz von Halle y el autor de esta columna en el concurso para la Manzana T´ y re

Equilibrio. 03.06.2020

En la medida en que se hace necesario prolongar el aislamiento es preciso, además de las nuevas excepciones, que se corrijan algunos desaciertos ya señalados en los medios por columnas de opinión, entrevistas e información al respecto, y considerar que la situación es diferente en cada población del país, como lo es la de muchos municipios a los que no ha llegado la pandemia y por tanto la única medida a tomar es impedirlo controlando la entrada y salida de sus habitantes. Que la información que se suministre sea completa, pertinente y debidamente documentada (y no datos inconexos que generan alarma a base de exageraciones) para que sea útil al poder compararla con la de otros países, especialmente con los que se comparten aspectos geográficos, económicos, sociales, culturales y étnicos, como Panamá, Venezuela o Ecuador de los que a excepción de lo de Guayaquil muy poco se ha informado, y casi nada del pertinente ejemplo de Costa Rica. No se ha entendido que a los adultos mayores, sano

La montaña rusa. 27.09.2001

Si; se trata de la ampliación de la Avenida de Circunvalación: una obra sin lugar a dudas torcida. ¿Es que nadie se da cuenta? Curvas que se pegan a otras curvas, en fuerte pendiente. Allí se ignoraron las mas elementales normas del diseño vial. Sus carriles desaparecen o se estrechan como si los carros fueran de caucho. Calzadas para tres carros y medio... como si   fuéramos tontos. ¿Lo somos? Por supuesto su pavimento variopinta, remendado y discontinuo no es lo de menos: ilustra la mentalidad de sus gestores, diseñadores, constructores e interventores. Y la de la opinión pública en Cali que solo se preocupa (los que se preocupan) de que este nuevo esperpento no esté ya terminado.           Para hacer semejante adefesio, financiado, junto con sus inevitables serruchos, con el dinero de los contribuyentes, se talaron muchos árboles del Parque del Acueducto, incluyendo la palma abrazada por la ceiba, y nunca se supo que pasó con los que supuestamente se trasplantaron. Con permiso d