Puede ser el subdesarrollo, un cierto rasgo cultural, una desconocida característica biológica, o todo junto pero el hecho es que en esta ciudad no podemos pensar con ponderación, orden y realismo. Todo es “todo o nada”. Que autopista, que tren de cercanías, que Mio, que “sendero ecológico”, que ciclovía, que motovía, cuando lo que se necesita es todo esto y más, pero junto e integrado, e inclusive el “elevado” que propone el arquitecto Juan Marchant. Pero primero que todo habría que completar el “par vial” de la 25-26 a lo largo de la ciudad. Es insólito que nada se haya hecho aun, o tal vez no pues lo que nos gusta en esta época, en que no solo seguimos jugando con las ciudades sino con el planeta, es lo “novedoso”, costoso y espectacular como insiste Mario Vargas Llosa ( La civilización del espectáculo, 2012). Completar el par vial de la 25 -26, ampliar sus dos vía...