Todo lo que Vargas Llosa dice de la pintura y el arte en general,
es perfectamente aplicable, y con mayores razones aun, a la arquitectura, la
que sorprendentemente apenas menciona una ves, en la pagina 185, en su nuevo
libro, La civilización del espectáculo,
2012. Principiando por la democratización no solo de la cultura, de la que él
habla, sino de la arquitectura que reemplazó a la antiquísima edilicia, como la
llamaba Bruno Zevi, y que produjo las mas bellas y buenas ciudades en todo el
mundo pues la arquitectura se reservaba para templos, tumbas, castillos y
palacios. E igual que en la cultura, comenzamos hace mas de medio sigo a
privilegiar la cantidad a expensas de la calidad, “espíritu de nuestro tiempo”
como lo llamaba Ortega y Gasset, al que rendimos pleitesía cada día mas, y para
peor de males el precio pasó a confundirse con el valor de las obras de arte… y
de la arquitectura, confusión provocada
por el capitalismo y el esnobismo.
Y por supuesto, como dice Vargas
Llosa, en “la civilización del espectáculo, el cómico es el rey” como
representante de la ínfima vigencia que hoy tiene el pensamiento y las ideas
“pues vivimos en la primacía de las imágenes”, y se “privilegia el ingenio
sobre la inteligencia, las imágenes sobre las ideas”. A partir de Marcel
Duchamp, de quien por otra parte piensa Vargas Llosa que era un genio, sin duda
cambiaron los patrones del arte occidental, y la “noción misma de belleza está
tan desacreditada como la clásica idea de cultura”. Y unas décadas después, a partir del “posmodernismo” generado por la
vulgarización y empobrecimiento de la Arquitectura Moderna, un (supuesto) arte
reemplazó una técnica, cada vez mas compleja, pero “no obra de mujeres y
hombres cultos sino de especialistas”, y la impunidad de las imágenes se
apoderó de la arquitectura profesional. Mientras “las letras y las artes se
renuevan pero no progresan”, y “no aniquilan su pasado”, como acertadamente
observa Vargas Llosa, lo mismo que la arquitectura y por eso los mejores edificios también “siguen
enriqueciendo a las nuevas generaciones y evolucionando con ellas”,
independientemente de que la arquitectura en tanto técnica si progresa.
De otro lado, asimismo en arquitectura
“la teoría, es decir la interpretación, llegó a sustituir en muchos casos a la
obra misma, a convertirse en su razón de ser, usando el lenguaje mas abstruso y
falazmente científico”, como nos recuerda Vargas Losa que lo había planteado
Jean-François Revel en Pourquoi des
philosophes? Consecuentemente, continua Vargas Llosa, “la popularidad y el
éxito se conquistan no tanto por la inteligencia y la probidad como por la
demagogia y el talento histriónico”, pues “el valor supremo es ahora divertirse
y divertir.” Y el problema mas grave es
que mientras los espectáculos pasan los edificios quedan; quizás por eso Vargas
Losa no dijo nada de ellos, y justamente es la razón por la que la Fiscalía del
Tribunal de Cuentas de la región de Venecia ha pedido al arquitecto Santiago
Calatrava y a su equipo una compensación de 3,4 millones de euros por «daños al
erario público» por errores en la construcción del puente sobre el Gran Canal
...” (Boletin de arquitectura Nº347 del 13/04/2012
<ayuda-boletin@arq.com.mx>).
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