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Perder el tiempo. 24.05.2012


          Pasamos en promedio 45 horas a la semana en el trabajo pero 16 son “improductivas” de acuerdo con un estudio de Microsoft, America Online y Salary.com (L. Belkin,  El Tiempo 24/06/2007). Y Steve Pavlina (stevepavlina.com) un experto en desarrollo personal, afirma que sólo lo hacemos hora y media al día. “El trabajador promedio de tiempo completo ni siquiera empieza a trabajar de verdad hasta las once de la mañana  […] y comienza a relajarse a alrededor de las tres y media”.
          Tal parece que la gente trabaja un total de tres días a la semana y desperdicia dos. Por eso hay que trabajar, trabajar y trabajar diría Uribe y muchos hasta le creen pero no lo hacen. Para los andaluces, por ejemplo, la noche es para dormir y el día para descansar, y su sabiduría consiste en disminuir el “debe” no en aumentar el “haber”, y desde luego hay costeños en todas partes. De ahí que sea ese supuesto desperdicio lo que nos debería preocupar en primer lugar.
          Los conocedores discrepan en cuanto a cómo perdemos todo ese tiempo. La encuesta de AOL dice que es por navegar por Internet, y el sondeo de Microsoft culpó a las juntas innecesarias. Buscar algo en medio del desorden es otra distracción, afirma Peggy Duncan, entrenadora de productividad personal, quien sostiene que localizar cosas en un escritorio desordenado equivale a 1,5 horas perdidas al día. Pero si nos lo “ordenan” ya no las encontramos.
          La semana  promedio de trabajo profesional se ha alargado en los últimos diez años, de acuerdo con el Centro de Políticas de la Vida Laboral , y “trabajar” más de 70 horas ahora es lo normal en la cima. Entonces ¿cómo reconciliar estas tendencias aparentemente contradictorias: el hecho de que trabajamos más duro y perdemos más tiempo? Un jefe podría decir que trabajamos más porque perdemos más tiempo ¿O perdemos tiempo porque trabajamos más duro?
          “Entre más tiempo trabaja una persona, menos eficiente es “, dice Bob Kustka , fundador de Fusion Factor, una consultoría de administración del tiempo y productividad. Piensa que los trabajadores, como los atletas, son más eficientes en arranques de concentración, aunque después se cansan y pueden echar a perder los arrestos iniciales. Y algunas compañías estadounidenses ahora aplican aún más allá el concepto de “mira lo que produzco, no cómo lo produzco “.
          En las oficinas de Best Buy , en Minneapolis, por ejemplo, los empleados pueden llegar a las cuatro de la tarde ó salir a mediodía, ir al cine a mitad del día o ni siquiera presentarse. Lo que importa  es el trabajo, no el método. Y tanto el rendimiento como la satisfacción de los empleados se han incrementado en otras empresas en donde se ha ensayado este enfoque, cuidándose por supuesto de que la manera de trabajar de uno no interfiera con la de los demás.
          En otras palabras, lo que parece ser pérdida de tiempo desde un punto de vista, podría ser un torbellino de ideas creativas desde otro, lo que ignoran esas universidades donde importan mas las horas de clase que la calidad de lo que enseñan. Y parece ser que la verdadera pérdida de tiempo es toda la energía que se ha dedicado a intentar obligar a todos a trabajar al mismo ritmo y de la misma manera. Ya leído lo anterior póngase a trabajar, seguramente lo hará mejor.


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